Las comunidades que protestan contra la mina de cobre Las Bambas aceptaron reunirse con representantes del gobierno y de la empresa, en busca de superar el conflicto, aunque plantearon que el encuentro se realice en una zona sin estado de emergencia, según un documento visto por Reuters.
Las comunidades Fuerabamba y Huancuire habían solicitado al gobierno derogar el estado de excepción en la zona de influencia de la mina, pero el despacho del presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, descartó eliminar la medida impuesta el 27 de abril y que ha suspendido las libertades civiles como la reunión y la protesta.
“Sin perjuicio de lo anterior, y como muestra de una genuina voluntad de diálogo, confirmamos nuestra participación en la reunión del día 7 de mayo”, dijo una carta dirigida a Torres y firmada por los líderes de Fuerabamba y de Huancuire.
Los dirigentes plantearon que la cita se realice en la comunidad campesina de Pumamarca, una localidad en la región andina de Apurímac, pero fuera de la actual zona de estado de emergencia decretada por el gobierno.
En la misiva pidieron “de manera reiterada” el cese de la emergencia en Las Bambas, una de las minas de cobre más grandes del mundo controlada por la china MMG Ltd.
La mina, que suministra el 2% de la oferta mundial de cobre, es clave para la economía peruana porque representa al menos el 1% del Producto Bruto Interno (PBI) del país.
Residentes de esas comunidades indígenas irrumpieron en Las Bambas el 14 de abril y acamparon en su interior, alegando que la mina no ha cumplido plenamente los compromisos que adquirió con ellos para operar el yacimiento, lo que obligó a la empresa a suspender sus operaciones una semana después.
La semana pasada la policía intentó desalojar a la comunidad Huancuire, pero no lo lograron. Los de Fuerabamba habían sido desalojados días antes, pero intentaron entrar después, según representantes de ambas comunidades.
Fuerabamba fue reasentada hace una década para dar paso a Las Bambas, que ha luchado contra repetidas protestas y bloqueos de carreteras que a veces han obligado a detener la producción.