Administradora de profesión, pero amante de los zapatos por convicción. Analí Romero comparte su historia y cuenta cómo decidió dejar su carrera para emprender un nuevo reto en la industria del calzado. En el mes de la mujer, queremos revalorar esa fuerza, actitud y decisión de las empresarias peruanas que con sus testimonios siguen impulsando e inspirando a más emprendedoras.
La marca Galeanna llegó al mercado hace 7 años, cuando Analí decidió dejar su trabajo en el rubro minero para emprender el viaje de la “empresa propia”, una aspiración que tenía desde niña, según contó a Gestión.
¿Cómo nació Galeanna?
Estuve trabajando para el rubro minero cerca de 10 años. En ese tiempo y por las constantes reuniones corporativas que teníamos, me gustaba siempre lucir un buen calzado. Casi toda la semana me compraba un par de zapatos y una amiga me dijo: “¿por qué no pones tu propia marca de zapatos”?, y se echó a reír. Fue en ese momento que empecé a reflexionar sobre mi futuro.
No voy a negar que desde niña me gustaron los negocios, sentía que tenía buen ojo para eso y no me equivoqué. Luego de 10 años de trabajar para mi carrera, un día decidí lanzarme a la piscina, empezar desde cero.
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¿Te embargó el miedo?
Mucho. Me estaba metiendo a una piscina sin agua porque no sabía nada del rubro. He sufrido bastante porque no fue fácil, no lo voy a negar. Hubo un tiempo en que quise tirar la toalla, pero cuando miraba adelante, era poner en riesgo todo lo que había logrado. Luego de 7 años de fundar esta marca, puedo decir que lo logré.
Cuándo decidí registrar mi empresa en Indecopi, era una inversión de S/ 20 mil; fueron los ahorros de mi vida. Me asusté porque por más que te digan que puedes, siempre hay miedo, pero ese es el detalle: combatirlos. Empecé sola, luego de dos años de trabajar duro, tocar puertas, ofrecer mis productos, tuve mi primera asistenta.
¿Por qué el nombre Galeanna?
Galeanna simbolizaba una mujer exitosa, empoderada, que le encanta la moda, que es independiente y que se siente distinta al resto. Mi objetivo es que las mujeres que eligen mis zapatos se sientan únicas, elegantes y sobresalgan del resto.
Recuerdo que mis primeras clientas fueron unas mujeres de la ciudad de Arequipa. Decidí viajar hacia allá porque me inscribí a una feria y quedaron impresionados con el trabajo. Mi gran salto fue cuando empecé a vender mis zapatos por Facebook, 100% online y dio resultado. Empecé a facturar mucho más de lo que creía y poco a poco empezó a crecer mi producción, pero me choqué con otra realidad: los peruanos no pagan por calidad.
¿Cuándo decides expandir la marca?
Empiezo a vender mis zapatos y me doy cuenta de una existencia, el cliente peruano no invierte por calidad y tengo que reconocer que mi producción es 100% manual y con cueros exclusivos, es muy costosa versus a otras marcas. Me percaté que muchos clientes se enfocan más en el precio y no tanto en la calidad, eso me llevó a agarrar mis maletas y buscar oportunidades en el extranjero.
Cuando llegué a México fui muy bien recibida porque ya mis zapatos no los vendía S/ 350 o S/ 400 como en Perú, sino a US$ 350, por US$ 500 y así conquisté ese país.
Es increíble cómo valoran el calzado hecho a mano porque la mayoría de zapatos son sintéticos y ver que cada vez que viajo hacia allá mi producto es bien valorado, me llena de orgullo porque me doy cuenta de que no me equivoqué.
Me duele reconocer que tenemos una mala cultura del consumo. Los peruanos prefieren pagar por productos extranjeros, pero no apuestan por marcas peruanas, cuando nuestro cuero y el talento de los diseñadores son a nivel internacional.
¿Qué se viene para Galenna?
Este año queremos aumentar nuestras ventas a un 20%, seguir conquistando México, pero también voy a llevar mi producto a Costa Rica. Estamos apuntando a lo alto, así que esperamos llegar a Dubai y a Europa. También tenemos la posibilidad de ir a Uruguay. Este 2024 es un reto para la internalización de mi marca. No se trata de llevar un producto, sino toda una vivencia, porque detrás de cada zapato hay una historia de lucha.
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¿Ahora que han pasado 7 años qué puedes decir de ti?
Sinceramente, hay que ubicarse. A mí me hubiera gustado antes de empezar, estar bien ubicada emocionalmente, para enfrentar todo lo que se viene. A veces el miedo te paraliza, pero es ahí donde debes sacar tu fuerza. No será fácil, pero cuando veas lo que avanzaste; mirar atrás ya no será una opción. No solo en el ámbito laboral, profesional o empresarial. Ubicarse en el amor, en la vida, te permite tener claro todos los conceptos para estar centrados.
Estamos trabajando en dar estos mensajes de emprendimiento. Estoy contando absolutamente toda mi experiencia para personas que quisieran aprender.
Yuriko Cabeza, Lima 1987. Licenciada de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, con más de 12 años de experiencia en medios digitales. Escribo sobre política, actualidad local y realizo informes especiales.
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