Esta semana, Facebook Inc. confirmó que tenía un programa para permitir a contratistas escuchar y transcribir los clips de audio de algunos usuarios. La red social dijo que las únicas personas afectadas fueron las que aceptaron la transcripción de sus mensajes de audio.
Eso hace que parezca que los usuarios acordaron que sus chats fueran leídos por terceros. Pero según un vistazo al cuadro de diálogo emergente de permisos de Messenger, no fue así.
En la aplicación móvil Messenger, tan pronto como alguien envía un mensaje de voz, recibe un mensaje que pregunta: “¿Activar Voice to Text en este chat?” Sobre los botones “No” y “Sí”, Facebook describe la opción: “Muestra el texto de los clips de voz que envías y recibes. Puedes controlar si el texto es visible para ti en cada chat".
No se menciona la participación humana. Incluso en una página de información separada en la aplicación dedicada a comprender la función Voice to Text, Facebook explica que los usuarios pueden desactivarla para cada chat y solicita a las personas que la usen más. “Voice to Text utiliza el aprendizaje automático”, dice. “Cuanto más use esta función, más puede ayudarlo”. No hay explicación de que el aprendizaje automático no solo implica código de software.
Compañías como Apple Inc., Amazon.com Inc. y Google de Alphabet Inc. han estado confiando en humanos que verifiquen y mejoren sus sistemas de inteligencia artificial; simplemente no se lo están diciendo a sus usuarios. Ese es un vacío crítico en un momento en que todas las empresas, especialmente Facebook, se enfrentan al escrutinio regulatorio por fallas de privacidad. El Comisionado de Protección de Datos de Irlanda, a cargo de hacer cumplir las leyes de privacidad de la Unión Europea, dijo que estaba mirando las prácticas de transcripción de Facebook.
“La inteligencia artificial todavía no está en el nivel en el que pueda interpretar la conversación humana”, lo que significa que las empresas deben confiar en el monitoreo para ayudar a capacitar a los sistemas, explica Jennifer King, directora de privacidad del consumidor en el Centro de Internet y Sociedad de la Facultad de Derecho de Stanford. “Pero el gran problema desde mi perspectiva es la no divulgación. Los usuarios no saben claramente lo que está sucediendo".
El informe sobre el programa de transcripción humana de Facebook despertó la ira de legisladores estadounidenses, algunos de los cuales ya pedían protecciones de privacidad más fuertes que las impuestas por un acuerdo de US$ 5,000 millones con la Comisión Federal de Comercio, aprobado el mes pasado.