El plan de Glencore de comprar el paquete accionario restante de la planta de molienda de soja Renova, un proyecto conjunto que mantiene en Argentina con Vicentin, probablemente se frustre por la intención del Gobierno argentino de expropiar a la agroexportadora local, dijeron dos fuentes a Reuters.
Sin embargo, el proyecto del Gobierno argentino de tomar el control de la firma en bancarrota Vicentin, que posee el 33% de las acciones de Renova -el restante es de Glencore-, no debería afectar las exportaciones agroindustriales de Argentina, dijeron las fuentes que tienen conocimiento cercano del tema.
Ambas fuentes pidieron que no se divulgara su identidad debido a la privacidad del asunto. En tanto, Glencore declinó realizar comentarios.
“A Glencore todavía le gustaría comprar las acciones restantes de Renova, pero es muy improbable que el Gobierno las venda. No creo que eso suceda”, dijo una fuente cercana a las conversaciones por la compra de las acciones.
El lunes, el presidente argentino, Alberto Fernández, anunció la intervención por parte del Estado de Vicentin -la mayor exportadora de derivados de la soja en Argentina en el 2019- y señaló que enviará un proyecto de ley para expropiar la empresa, actualmente en concurso de acreedores.
Molienda de soja
Renova está en la orilla del río Paraná, en el conglomerado agroportuario al norte de la ciudad de Rosario, y es una de las plantas de molienda de soja más grandes del mundo.
El accionista mayoritario de Renova, Glencore, había ofrecido comprar el paquete accionario remanente en manos de Vicentin en US$ 325 millones, pero las negociaciones se empantanaron debido a los procesos de quiebra de Vicentin.
Una segunda fuente del sector, con conocimiento directo de la situación, confirmó que la oferta de Glencore para quedarse con la totalidad de Renova probablemente sería impedida por la intervención del Estado en Vicentin.
“Sin embargo, esto no va afectar en nada la oferta de productos derivados de la soja de Argentina. Argentina seguirá moliendo entre 40 millones y 42 millones de toneladas de soja por año”, dijo la primera fuente.
En tanto, una fuente del Gobierno argentino dijo que era demasiado temprano para decidir qué hacer con Renova. Consultado por la planta a inicios de esta semana, Fernández respondió que aún era "prematuro" hacer declaraciones.
El presidente argentino se reunirá en la tarde del jueves con dirigentes de Vicentin.
Vicentin se declaró en quiebra luego de entrar en una cesación de pagos, a fines del año pasado, por un monto cercano a US$ 300 millones en deuda comercial y US$ 1,000 millones en crédito de bancos locales e internacionales.
Renova era un proyecto dividido en partes iguales entre Glencore y Vicentin, hasta que la empresa argentina se quedó sin liquidez a fines del año pasado. Entonces, en noviembre, Glencore compró un 16.7% más de Renova a su socio, llevando su paquete al 66.7%.
Vicentin, fundada en 1929, detuvo su actividad en plantas propias tras entrar en cesación de pagos y desde entonces Glencore pagó los salarios de Vicentin en Renova en anticipación de una eventual toma de control completa en la planta.