El ex director ejecutivo del prestamista no bancario de México Crédito Real SAB, empujó a su propia empresa hacia la liquidación y preparó el escenario para una disputa legal sobre la mejor forma de pagar a los acreedores los US$ 2,500 millones adeudados.
Ángel Francisco Romanos Berrondo, quien dejó el cargo el año pasado, obtuvo una orden de un juez mexicano para liquidar el banco de nómina a fines del mes pasado, según muestran documentos judiciales. Posteriormente, el juez recurrió a un especialista en reestructuración para vender los activos de Crédito Real y liquidar el negocio.
La medida contradice los esfuerzos de los tenedores de bonos que intentan obligar a la empresa a declararse en quiebra en Estados Unidos, donde podría intentar reorganizarse y seguir operando. Crédito Real anunció la liquidación el mismo día que debía responder a las demandas de los bonistas en Nueva York.
“Habrá todo tipo de ataques al proceso mexicano, de los cuales solo puedo especular”, dijo Bruce Markell, ex juez de quiebras y actual profesor de la Facultad de Derecho Pritzker de Northwestern. Los acreedores podrían argumentar que la liquidación es colusoria, inapropiada e inválida, indicó.
A fines de junio, Berrondo, actuando en su calidad de accionista, demandó a Crédito Real en Ciudad de México y solicitó la liquidación de la empresa, según documentos judiciales presentados en EE.UU. Berrondo, que era el único miembro del directorio tras un éxodo, actualmente ya no dirige la empresa.
Crédito Real no respondió a las solicitudes de comentarios sobre la demanda de Berrondo. Un abogado de los tenedores de bonos no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios hecha este viernes.
Último giro
Los procesos de bancarrota en duelo son solo el último giro en la historia de la caída de Crédito Real, que el año pasado inquietó a inversionistas luego de revelar revisiones a sus estados financieros auditados que mostraban un fuerte aumento en su cartera de préstamos en mora.
A principios de este año, la compañía incumplió el pago de un bono en francos suizos, acelerando una espiral descendente en los precios de su deuda. Sus US$ 400 millones en pagarés denominados en dólares con vencimiento en el 2026 se han desplomado hasta negociarse en alrededor de 5 centavos, por debajo de un máximo de 98 centavos en septiembre pasado.
Los niveles de un solo dígito en los precios de los pagarés reflejan una grave pérdida de confianza de parte de los inversionistas, luego de haberse convertido en uno de los negocios favoritos tras otorgar pequeños préstamos, y cobrar tasas de interés de dos dígitos, a los millones de personas no bancarizadas en todo México.
Maniobras Legales
Crédito Real planeaba acogerse al Capítulo 11 de quiebra voluntariamente tan recientemente como el mes pasado, pero despidió a sus asesores jurídicos y financieros y cambió de rumbo. Ahora, abogados de White & Case y asesores de Riveron Consulting intentarán convencer a un juez de quiebras de EE.UU. de que se deben respetar los procedimientos en México. Los asesores solicitaron el reconocimiento de las actuaciones por medio de la apertura de un caso de bancarrota del Capítulo 15 en Delaware el jueves.
Los acreedores pueden tratar de persuadir al juez estadounidense de quiebras del banco para que ignore el procedimiento mexicano, pero podría esto convertirse en una batalla cuesta arriba. Según Crédito Real, los procedimientos en México brindarán a los acreedores una amplia oportunidad para impugnar la liquidación.
“Tendrán una carga pesada”, dijo Laura Hall, socio de Allen Overy que trabaja en la reestructuración transfronteriza. Los acreedores tendrían que demostrar que la liquidación mexicana es un proceso tan injusto que debería ser descartado, dijo. “La vara es muy, muy alta”.