La entidad crediticia mexicana Crédito Real ampliaría el plazo para lograr que una mayoría de inversionistas respalde una declaración de bancarrota ante los tribunales locales que considera la solución a una de las mayores quiebras empresariales del país.
El prestamista no bancario y un grupo de acreedores planean tomar otros 30 días para reclutar a más tenedores de bonos en los US$ 1,900 millones de deuda incumplida para que suscriban la oferta que originalmente expiraba el jueves, según fuentes con conocimiento directo, que pidieron no ser identificadas ya que las negociaciones son privadas.
Crédito Real no respondió a una solicitud de comentarios. La empresa, que lanzó la oferta con un grupo ad hoc de acreedores en mayo, dijo a fines de junio que había hecho progresos sustanciales en las negociaciones con los acreedores.
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La quiebra del que fuera el mayor prestamista de nóminas de México forma parte de una ola de impagos de más de US$ 5,000 millones de empresas financieras no bancarias locales que comenzó hace más de dos años y afectó a tenedores como Doubleline Capital y Amundi.
Las quiebras y los largos procesos judiciales que siguieron deterioraron la confianza de los inversionistas en los llamados bancos en la sombra del país, excluyéndolos de los mercados mundiales de capitales, y generaron dudas sobre la equidad y la transparencia.
En el último giro, los abogados e inversionistas de Crédito Real están impulsando un acuerdo que, según dicen, permitiría a los acreedores recuperar hasta 23 centavos de dólar en los próximos años de un vehículo de propósito especial que trataría de recuperar los préstamos restantes.
La perspectiva de una resolución ha contribuido a que los bonos con vencimiento en 2028 suban a unos 11 centavos, desde un mínimo de un centavo el año pasado.
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El acuerdo necesita el respaldo de una mayoría simple de tenedores de bonos para seguir adelante. Pero se ha complicado por el extenso papeleo requerido de una gran cantidad de inversionistas minoristas en bonos de la compañía, incluidos clientes ricos que compraron un bono de 170 millones de francos suizos, así como inversionistas de Rusia, según las fuentes.
Después de entrar en default en febrero de 2022, cuando no pudo refinanciar los valores suizos, Crédito Real inició un proceso de liquidación en un tribunal de Ciudad de México que provocó críticas de los tenedores de bonos que afirmaban que favorecía a los acreedores locales.
El acuerdo actual pondría el fideicomiso propuesto de los activos restantes, estimado en un total de alrededor de US$ 440 millones a febrero, bajo la administración de un juez federal de quiebra local y exigiría a los tenedores de bonos renunciar a tomar más acciones legales.
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