En reportes periodísticos desde el lunes temprano, se dio a conocer que la junta directiva de Twitter estaba negociando con el dueño de la empresa Tesla sobre la posibilidad de comprar la red social.
La semana pasada, Musk dijo que había asegurado US$ 46,500 millones en financiamiento para comprar Twitter, ejerciendo presión sobre la junta para negociar un acuerdo.
The New York Times, citando fuentes anónimas enteradas de la situación, reportó el lunes temprano que las dos partes estaban discutiendo detalles como un cronograma y tarifas a pagar en caso de que no se concrete el acuerdo.
Twitter había adoptado medidas para impedir una compra haciéndola prohibitivamente costosa. Pero la junta directiva, al ver que Musk había conseguido el financiamiento, cambió de parecer, según The Wall Street Journal, que fue el primer medio en reportar las negociaciones.
El 14 de abril, el director general de la automotriz Tesla ofreció comprar la red social a US$ 54.20 por acción, es decir, unos US$ 43,000 millones, pero en ese momento no reveló cómo financiaría la adquisición.
La semana pasada, en documentos entregados a reguladores en Estados Unidos, Musk dijo que el dinero vendría de Morgan Stanley y otros bancos, poniendo como garantía su participación en Tesla.
Musk ha declarado que desea comprar Twitter porque no cree que la red social está cumpliendo su promesa de servir como plataforma de libre expresión.
En semanas recientes, Musk ha mencionado algunas posibles reformas a Twitter, como por ejemplo la relajación de las restricciones a sus contenidos —como las usadas para suspender la cuenta del expresidente Donald Trump— y la necesidad de expulsar las cuentas falsas o automatizadas.
Musk es la persona más acaudalada del mundo, con un valor estimado, según la revista Forbes, de US$ 279,000 millones. Pero gran parte de su fortuna está atada a acciones de Tesla —posee 17% de la compañía, según FactSet— y de SpaceX, su compañía de viajes espaciales. No se sabe a ciencia cierta cuánto dinero líquido tiene Musk.