El Gobierno de Estados Unidos añadió este viernes cinco hoteles a su “lista negra” de con las que los estadounidenses tienen prohibido negociar, coincidiendo con la celebración del 500º aniversario de la Habana.

En un comunicado emitido justo un día antes del 500º aniversario del nacimiento de la capital cubana, el Departamento de Estado informó de estos cambios en el listado, que entrará en vigor el próximo martes 19.

"La Habana fue una de las ciudades más dinámicas y prósperas de las Américas. Lejos de ser una celebración, este aniversario es un triste recordatorio de cómo la revolución sigue fallando a su pueblo al usurpar la economía cubana, en lugar de reformarla para cumplir con el potencial económico de Cuba", señaló el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en un comunicado.

En concreto, Washington impuso sanciones a cinco hoteles: el Gran Hotel Bristol Kempinski, situado en La Habana; el Grand Aston Varadero Resort, ubicado en la ciudad de Varadero; el Grand Aston Cayo Las Brujas Beach Resort and Spa, que se encuentra en el Cayo Las Brujas; y el Gran Muthu Imperial Hotel y el Gran Muthu Rainbow Hotel, ambos situados en el Cayo Guillermo.

El presidente estadounidense, Donald Trump, creó esta “lista negra” en junio del 2018 para prohibir las transacciones de ciudadanos estadounidenses con empresas “bajo el control o que actúan en nombre” de los servicios militares, de inteligencia y de seguridad de , de acuerdo al Departamento de Estado.

En esa isla muchos de los hoteles son propiedad de compañías controladas por las Fuerzas Armadas y están gestionados en régimen de empresa mixta por corporaciones extranjeras, como el grupo Meliá o Iberostar, con sede en España.

De esa forma, ahora, el listado afecta a unas 230 entidades cubanas, entre ellas el conglomerado empresarial del Ejército, el Grupo de Administración Empresarial S.A. (Gaesa), que se calcula que controla alrededor de dos tercios del comercio minorista de la isla; y el grupo de turismo que depende de esa institución, Gaviota.

El Gobierno de Trump quiere que los estadounidenses que viajan a la isla, acogidos a unas categorías excepcionales que permiten su visita, no puedan quedarse en los hoteles incluidos en el listado y tampoco puedan comprar bienes en empresas vinculadas a las entidades sancionadas.

La inclusión de esas empresas en esa "lista negra", además, significa que los estadounidenses, incluidos los cubanos nacionalizados, pueden demandarlas ante cortes de Estados Unidos si alegan que se están beneficiando de propiedades en Cuba que eran suyas o de su familia antes de la Revolución liderada por Fidel Castro en 1959.

Eso es posible porque, en mayo, Trump permitió por primera vez en la historia la activación de los Títulos III y IV de la ley Helms-Burton, que todos los presidentes estadounidenses anteriores a él habían mantenido suspendidos desde que se aprobó esa norma, en 1996.

Desde que llegó a la Casa Blanca en enero del 2017, Trump ha endurecido la política hacia Cuba con el endurecimiento del embargo comercial, la prohibición de cruceros a la isla y reducciones del personal diplomático.