El Gobierno de Estados Unidos no descartó que las actividades de Repsol tengan que cambiar eventualmente en Venezuela, conforme avanzan las conversaciones con la compañía y responsables españoles.
Así lo reveló el encargado del Departamento de Estado para Venezuela, Elliott Abrams, en la que ofreció detalles sobre la decisión de Washington de imponer sanciones a la filial de la petrolera rusa en Venezuela, Rosneft Trading, por ayudar al país latinoamericano en el comercio internacional de crudo.
"Tendremos conversaciones, sin duda, más conversaciones con responsables españoles y con Repsol, y esperaríamos, conforme avanzamos, que algunas actividades de Repsol tengan que cambiar, y eso sería también cierto para otras compañías petroleras extranjeras en Venezuela", dijo Abrams, en respuesta a una pregunta de Efe sobre si Estados Unidos evaluaba imponer sanciones a la empresa española.
Abrams subrayó que "Repsol siempre ha cumplido las leyes de Estados Unidos y las sanciones de Estados Unidos en todas sus actividades": "Y en nuestras conversaciones previas con representantes de Repsol -gente de Repsol, abogados- Repsol siempre ha dicho 'somos una compañía global que cumple con las leyes en todas partes".
Respecto a posibles conversaciones con el Gobierno de España sobre este tema, Abrams indicó que el Departamento de Estado de Estados Unidos ha solicitado a sus puestos en Europa que informe a varios Gobiernos entre el lunes y este martes para que "tuvieran algún tipo de notificación".
El pasado 7 de febrero, Abrams aseguró que el Gobierno estadounidense mantenía "buenas comunicaciones" con Repsol.
"Repsol tiene inversiones en Estados Unidos y muchos países y hablamos con frecuencia con la gerencia de Repsol, y Repsol nunca ha sido y no quiere entrar en contravención de las leyes o sanciones de Estados Unidos", declaró en aquel entonces Abrams en una rueda de prensa telefónica.
Dos días antes, un funcionario estadounidense, que pidió el anonimato, había amenazado con sanciones a Repsol, a la estadounidense Chevron y al conglomerado indio Reliance por sus actividades relacionadas con Venezuela, aunque reservó su advertencia más dura a Rosneft.
"Ya sea Rosneft, Reliance, Repsol o Chevron aquí en los Estados Unidos, yo tendría cuidado respecto a sus actividades en Venezuela que apoyan directa o indirectamente a la dictadura (del presidente venezolano, Nicolás) Maduro", dijo el funcionario.
Repsol ha reducido gradualmente su exposición patrimonial en Venezuela, que al cierre del tercer trimestre del 2019 ascendía a 351 millones de euros, 23% menos que al acabar el 2018; y recibe crudo venezolano en pago de las deudas acumuladas, lo que le permite no infringir las sanciones estadounidenses a la petrolera venezolana PDVSA.