Foto: Reuters
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Un ataque a Arabia Saudita que cerró el 5% de la producción mundial de crudo causó el mayor aumento de los precios del petróleo desde 1991, después de que funcionarios estadounidenses culparon a Irán y el presidente Donald Trump dijo que Washington estaba listo para tomar represalias.

El movimiento hutí, alineado con Irán y que controla la capital de Yemen, reivindicó la autoría del ataque, que dañó la mayor planta procesadora de crudo del mundo. Irán rechazó la acusación y dijo que el país estaba preparado para una "guerra en toda regla".

Dos fuentes con conocimiento sobre las actividades de la compañía petrolera estatal Saudi Aramco dijeron que la producción petrolera saudí podría tardar meses en volver a la normalidad. Estimaciones anteriores habían sugerido que podría llevar semanas.

Los precios del petróleo subieron hasta un 19% antes de alejarse de máximos, la mayor subida intradiaria desde la Guerra del Golfo de 1991.

Las subidas se suavizaron después de que Trump anunció que podría liberar reservas de emergencia de Estados Unidos y de que productores de todo el mundo dijeron que había suficientes reservas almacenadas para compensar el déficit saudí.

"Hay razones para creer que conocemos al culpable, estamos pendientes de la verificación, pero esperamos noticias del reino sobre quiénes creen ellos que están detrás del ataque y en qué condiciones actuaríamos" dijo Trump en Twitter el domingo.

El Secretario de Energía de Estados Unidos, Rick Perry, culpó directamente a Irán por "un ataque contra la economía mundial y el mercado energético global".

"Estados Unidos condena enérgicamente el ataque de Irán contra Arabia Saudita y hacemos un llamamiento a otras naciones para que hagan lo mismo", dijo en un discurso en la conferencia general del Organismo Internacional de Energía Atómica. Perry añadió que confiaba en la resistencia de un mercado de petróleo que "responderá positivamente".

Aunque Irán ha rechazado su responsabilidad en los ataques, sus aliados yemeníes han prometido más atentados en el futuro. El portavoz militar hutí, Yahya Sarea, dijo que el grupo llevó a cabo el ataque del sábado antes del amanecer con drones, incluyendo algunos propulsados por motores a reacción.

"Aseguramos al régimen saudí que nuestro largo brazo puede llegar a cualquier lugar que queramos y en el momento que queramos", dijo Sarea. "Advertimos a las empresas y a los extranjeros que no deben estar cerca de las plantas que atacamos porque aún están en nuestra mira y pueden ser atacadas en cualquier momento".

Sospechas contra Irán

Autoridades estadounidenses dijeron que creían que los ataques vinieron de la dirección opuesta, posiblemente desde el propio Irán y no desde Yemen, y podrían haber implicado a misiles de crucero. En todo caso, desde dondequiera que se lanzaran los ataques, creen que la culpa es de Irán.

"No hay duda de que Irán es el responsable. No hay otro candidato", dijo el domingo una autoridad de alto rango de Estados Unidos, quien habló bajo condición de anonimato.

Arabia Saudita e Irán han sido enemigos durante décadas y están luchando una serie de guerras indirectas, incluyendo en Yemen, donde las fuerzas saudíes han combatido contra los hutíes durante cuatro años.

La tensión en la región petrolera del Golfo ha aumentado drásticamente este año desde de que Trump impusiera severas sanciones estadounidenses a Irán con el objetivo de paralizar por completo sus exportaciones de petróleo.

La gigantesca instalación saudí que fue atacada el pasado sábado refina de impurezas el petróleo crudo, un paso necesario antes de que este pueda ser exportado a las refinerías. El ataque redujo la producción saudí en 5,7 millones de barriles diarios, casi a la mitad.

Arabia Saudita no sólo es el mayor exportador de petróleo del mundo, sino que es el único país con capacidad de estabilizar el mercado al poder incrementar o disminuir su producción en millones de barriles al día.

Grandes potencias como Estados Unidos y China tienen reservas diseñadas para gestionar incluso un recorte importante de producción en el corto plazo. Pero una interrupción prolongada provocaría oscilaciones en los mercados que a su vez podrían desestabilizar la economía mundial.

Rusia y una fuente de la OPEP dijeron el lunes que no había necesidad de una reunión extraordinaria de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, un grupo conocido como OPEC+ que ha orquestado un acuerdo para reducir la oferta.

El ministro de Energía ruso, Alexander Novak, dijo a periodistas que había suficiente petróleo en las reservas comerciales para cubrir el déficit.