El COVID-19 ha transformado las necesidades de servicios de limpieza, saneamiento y manejo de residuos de las empresas. Pablo Miranda, gerente general de Disal, comenta que, en el peor momento de las restricciones para contener la pandemia, las operaciones de la compañía que encabeza se redujeron hasta el 15%, para luego encontrar una nueva demanda de los clientes.
Disal es conocida por ser uno de los principales proveedores de sanitarios portátiles para obras de construcción o grandes eventos, como conciertos. Antes de la pandemia, esta línea de negocio representaba hasta el 15% de los ingresos de la empresa. Hoy, dicha proporción ha caído hasta el 8% y, durante los meses más severos de la crisis, se fue a cero.
“Es un negocio que sabemos va a tener una recuperación lenta, pero visualizamos que, como el próximo año podrían reactivarse obras de construcción e infraestructura, esta linea podría volver a crecer. Sin embargo, consideramos que el 2021 no habrá megaventos”, detalla Miranda.
Aunque la pandemia afectó severamente la línea de baños portátiles, también creó demanda para servicios de desinfección. “Dentro de nuestra reinvención empezamos a potenciar esta área que en un principio era solo un valor agregado para nuestros clientes. Pero ahora ha cobrado relevancia y ha mostrado un crecimiento exponencial”, detalla el gerente general de Disal.
Miranda comenta que hubo que dar una repuesta rápida a los clientes y se tuvo que importar aproximadamente 1,000 lavamanos desde Estados Unidos y empezar a fabricar muchos más de manera local, lo que demandó un gran esfuerzo logístico.
“Tuvimos que llevar servicios de desinfección y lavamanos a lugares donde no los había y mantenerlos ahí hasta que se resuelva esta carencia de manera estructural. Esto es algo que vimos mucho en el sector retail”, indica Miranda. Esta línea de negocio ahora representa entre 6% y 8% del negocio de Disal.
Servicio integral
La línea de negocio principal de la compañía es la de servicios integrales ofrecidos a la minería y otras industrias y consiste en el manejo de todo tipo de residuos sólidos y líquidos: desde la segregación hasta el traslado y disposición en rellenos sanitarios.
Esta línea de negocio, que antes representaba entre el 55% y el 60% de los ingresos de Disal ahora se ha disparado hasta el 75%. Esto se debe a la contracción de las otras áreas, pero también a una mayor demanda en cuanto a disposición de residuos biomédicos.
“Ahora todos nuestros clientes han incorporado, como parte de sus protocolos de bioseguridad, el uso de equipos de protección personal (EPP) por lo que sus residuos ya no pueden ser considerados solo de tipo general, sino que una buena parte pasan a ser biocontaminados, lo que requiere un servicio especializado para segregarlos, disponerlos y recogerlos”, explica.
Pablo Miranda detalla que el traslado de estos residuos también implica el uso de vehículos especiales. “Los únicos lugares disponibles para recibir residuos biocontaminados son los rellenos sanitarios con aprobación para ello y el 95% de estos se encuentran en Lima, lo que ha hecho que nuestro servicio de traslado desde distintos lugares del país a la capital crezca ”, afirma.
Miranda comenta que la paralización económica ocasionada por la pandemia afectará los resultados de Disal para el 2020. Sin embargo, comenta que se espera cerrar diciembre con ingresos mensuales a nivel prepandemia.