Frances Haugen, quien sacudió al mundo con denuncias sobre la forma en que Facebook administra contenidos de odio, aplaudió el “enorme potencial” del proyecto europeo de regulación de los gigantes tecnológicos.
El proyecto de Ley de Servicios Digitales “tiene un enorme potencial. No trata de eliminar el problema con regulación de contenidos. Adopta un abordaje que atiende a los riesgos sistémicos (...) y apoyo esa visión con firmeza”, dijo Haugen ante la Comisión de Mercado Interno del Parlamento Europeo.
“Creo que los productos de Facebook son dañinos a los niños, avivan la división, debilitan nuestra democracia y mucho más. El liderazgo de la compañía conoce formas de hacer que Facebook e Instagram sean más seguros, pero no harán los cambios necesarios. Porque han puesto sus inmensos beneficios antes que a la gente”, dijo.
En la visión de la ingeniera “cuando las acciones del comercio entran en conflicto con los intereses de las personas y de la sociedad en su conjunto. Las democracias deben intervenir y hacer nuevas leyes”.
Por ello saludó que “la Unión Europea se esté tomando esto muy en serio”.
Para Haugen, la normativa europea tiene condiciones de convertirse en el “estándar dorado a nivel global” en materia de regulación del funcionamiento de los gigantes digitales.
Esa normativa “debe obligar a las plataformas a asumir la responsabilidad de los riesgos más allá de la difusión de contenido ilegal, como la manipulación de las elecciones, la difusión explosiva de desinformación o los daños a la salud mental de los adolescentes”.
En la jornada, Haugen mantuvo un encuentro con el comisario europeo de Mercado Interno, Thierry Breton, quien está al frente de las negociaciones con el Parlamento Europeo por la ley de Servicios Digitales.
La ingeniera de 37 años, que trabajo en gigantes como Google, Pinterest y Yelp antes de llegar a Facebook, ya presentó sus denuncias ante el Congreso estadounidense y el parlamento Británico.
La Ley de Servicios Digitales europea se propone prohibir a las plataformas el uso de algoritmos para promover informaciones falsas y discursos peligrosos e imponer a los principales grupos la obligación de moderar su contenido.
Esa ley se complementa con otra, de Mercados Digitales, que determina normas específicas para los actores “sistémicos”, referentes a cuestiones como la amenaza creciente a la libre competencia o al uso de datos privados de los usuarios.