La industria musical está en constante crecimiento y reinvención, con lo que no sería exagerado decir que cada día entra - al menos- una nueva canción a las playlist globales.
Para hacernos una idea local, en Colombia, solo durante el primer trimestre de 2021, se registraron en el Departamento Nacional de Derecho de Autor unas 4,567 obras musicales, 20% del total de 22,615 obras literarias y artísticas inscritas.
Pero en este mar creativo siempre algunas canciones son más exitosas y más atractivas, tanto a nivel sonoro como económico y aquellas que prometen mejor rentabilidad se vuelven una presa jugosa que impulsa a las disqueras a comprar catálogos.
Catalina Solórzano, socia directora Crea Abogados explica que una vez el artista vende su catálogo musical hay una cesión de derechos,” que puede hacerse tanto por una cifra fija, en la que ya no recibiría más regalías o participación por explotación del catálogo o por una cifra variable en la que recibiría participación”.
Entre los casos sonados está la venta del catálogo de Justin Timberlake por US$ 100 millones a Hipgnosis Songs Capital o el de clásicos como David Bowie a Warner Music, Bob Dylan a Sony Music o Neil Diamond a Universal.
Pero del lado del artista ¿qué beneficios hay en vender sus canciones? Richard Conlon, socio de Catch Point explica que los fondos le permiten una capitalización rápida que puede ser usada para invertir en otros proyectos o en seguir impulsando su carrera musical.
“Una venta de catálogo permite recibir un pago de aproximadamente 10 años de regalías anticipadamente y esto permite generar una liquidez importante para el artista. Normalmente cuando se adquiere un catálogo musical, el comprador ya sea una disquera o un fondo, proyectan el crecimiento natural que ese catálogo pueda tener”, dice Conlon.
MIDia Research explica que en 2021 se gastaron US$ 5,300 millones en acuerdos públicos para la compra de catálogos, la cifra habría aumentado 180% versus 2020 y más de 1,300% frente a 2019.
Por su parte, José María Bernal, socio del sello Mantyx, sostiene que detrás de la compra de un catálogo siempre está una “ecuación matemática” en la que se deben evaluar los números del artista y sus productos musicales.
“Hay muchas evaluaciones que se hacen en el proceso y lo que más pesa es el tema financiero. Cuando a un artista se le ofrece la compra de su catálogo es porque está pasando algo con sus números. Con esto se contrasta la importancia del artista, su proyección, su momento”, comenta el productor.
La tendencia para 2021 pondría al rock como el género más apetecido por las disqueras para la compra de catálogos, con 35% de las ventas. La cifra es respaldada con el caso de Sting, conocido por sus días de gloria como cantante y bajista de The Police; 23% música de los 2,000; 20% música de los 70 y el 22% restante artistas varios.
Para el caso de Colombia, como país multicultural y rico musicalmente, Conlon precisa que lo más importante para sus artistas (si quieren entrar en el boom de los catálogos) es fortalecer el conocimiento en registros de derecho de autor y cobro de regalías para evitar trabas legales en el proceso.
La República de Colombia
Red Iberoamericana de Periodismo Económico (RIPE)