Para los inversores que buscan pulir carteras sostenibles, las minas de carbón son una condena.
Eso le sienta bien al principal minero y comerciante global Glencore, cuya compra de una importante mina de carbón en Colombia generará una bonificación de cientos de millones de dólares antes de que se complete el trato.
La minera compró el 66% de las acciones en la mina de carbón térmico Cerrejón que aún no controlaba a sus rivales BHP Group , y Anglo American en junio de este año por un total de US$ 588 millones.
El acuerdo fue recibido por los accionistas de BHP y Anglo como una importante desinversión de activos de carbón para cumplir con los objetivos de emisiones y cambiar hacia la energía sostenible.
Sin embargo, el acuerdo que firmaron tenía una cláusula inusual: Glencore se haría cargo de los flujos de caja de la mina a partir del 2021.
En el momento del acuerdo, la minera con sede en Suiza dijo que preveía que el efectivo generado por la mina podría reducir el precio de compra a US$ 230 millones.
Pero el mercado al rojo vivo del carbón térmico ha hecho que esa suposición sea conservadora después de que los precios del combustible fósil más contaminante se dispararan debido a la escasez de energía china y la insuficiencia de gas en Europa, dijeron expertos y analistas.
Una fuente dijo que Glencore obtendrá un “cheque gordo” de los ingresos cuando el acuerdo se cierre a fines de junio del 2022.
El corredor Liberum estima que Cerrejón generará US$ 1,000 millones en flujo de efectivo de EBITDA (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) solo en la segunda mitad del 2021.
“Salir de Cerrejón es parte de nuestra decisión estratégica a largo plazo de centrarnos en las materias primas de cara al futuro. No hay cambios en esa visión, independientemente de los precios del carbón térmico a corto plazo”, dijo un vocero de BHP.
Paso final a transición responsable
Glencore, que ya controlaba un tercio de Cerrejón antes de la transacción, declinó hacer comentarios.
“Nuestro acuerdo para vender nuestra participación minoritaria en Cerrejón marca el paso final en nuestra transición responsable lejos de las operaciones de carbón térmico a medida que continuamos posicionando nuestro portafolio firmemente hacia el suministro de una amplia gama de metales y minerales que permitan el futuro a nuestros clientes”, afirmó Anglo American.
BHP y Anglo vendieron o escindieron la mayoría de sus activos de carbón, mientras que Glencore tomó un camino divergente y se fijó el objetivo de gestionar el agotamiento de sus minas de carbón para mediados de la década del 2040, en lugar de venderlas.
“Dada la velocidad a la que el acuerdo se está amortizando, la política de Glencore de reducir su cartera de carbón está demostrando ser mucho mejor que una escisión o una venta”, dijo el analista Ben Davis de Liberum.
Davis afirmó que basó sus cálculos en los precios del carbón europeo para la entrega a Rotterdam menos el flete desde Colombia. Los precios del carbón se dispararon a 280 dólares por tonelada en la segunda mitad del 2021 desde tan solo US$ 57 el año pasado.
Con un nivel de producción promedio de 24 millones de toneladas al año y costos de producción por tonelada de US$ 45, una fuente bancaria familiarizada con el acuerdo calculó el flujo de caja EBITDA de Cerrejón en US$ 1,100 millones en la segunda mitad del 2021.
Si el acuerdo se cierra como se espera en la primera mitad del 2022, Glencore habría disfrutado de unos 18 meses de flujos de caja completos de Cerrejón.
Un accionista de los 30 principales de Glencore afirmó que algunos inversores estaban entusiasmados con la idea de tener acciones en compañías de carbón que se comprometieran a explotar minas de manera responsable sin convertirlas en un problema de otra persona.
“Al final del día, vender una mina no hace desaparecer su producción. El problema para algunos inversores es que simplemente no pueden mantener acciones que tengan una exposición al carbón”, afirmó el accionista que pidió no ser identificado.