El último informe de mercado elaborado por la Asociación de Empresas Inmobiliarias (ASEI), se ha observado un cambio muy interesante en relación con los factores decisivos de compra de un inmueble. La elección en la ubicación ahora se centra en la cercanía con el entorno, y coloca la proximidad con la familia y el estilo de vida como factores más importantes que el del trabajo. Por ello, los edificios están diseñados pensando en estos cambios de estilo de vida; sobre todo contar con zonas de coworking, así como con áreas para mascotas, para niños, gimnasios y lugares comunes para reuniones con amigos o familia.
Así, el nuevo perfil de compradores de primera vivienda suelen ser personas de entre 28 y 35 años que buscan la independización. En algunos casos, se puede encontrar que el deseo de adquirir la primera vivienda parte de la previa experiencia como inquilino de un inmueble, y desean contar con un activo propio pagando cuotas mensuales al banco en lugar del alquiler.
En el caso de la ubicación, Ian Kishimoto, gerente general de Alerces, inmobiliaria ecológica, comenta que para los millennials la oferta más grande coincide con la mayor demanda en distritos que abarcan lo que se considera Lima Moderna, como Lince. También existe un fuerte interés en Lima Top, como Miraflores, pero en las zonas donde el precio por metro cuadrado no sea muy alto y con metrajes más pequeños.
De acuerdo con el ejecutivo, este segmento suele anteponer espacios con uno o dos dormitorios, y de preferencia que cuenten con beneficios como Mivivienda Verde, o con bancos que brinden facilidades para acceder a créditos. “Ahora, el perfil del consumidor que busca una primera vivienda es mucho más exigente y cuenta con un estilo de vida con una velocidad mucho mayor a las generaciones pasadas. Todo ello a la par de que el bienestar emocional y físico cobra mucha más importancia que antes”, explica.
En ello coincide Bryan Meza, gerente general Danfra Inmobiliaria, quien añade que, además de una buena ubicación, una distribución cómoda y buenos acabados, también quieren mantener las necesidades personales, laborales y sociales. “Los proyectos dirigidos a este perfil deben contar con zonas privadas y comunes para atender todas las necesidades”, indica.
Neil Christopher Delgado Saldaña, gerente financiero de Grupo T&C, añade que hoy en día los compradores cuentan con mucha información y tienen la idea clara del producto que buscan. “Las áreas comunes de un proyecto representan un gran diferencial, porque entienden que estar encerrados y tener espacios libres puede resultar una gran ventaja. En relación con el producto final, prefieren espacios iluminados y con balcones que permitan contacto con el exterior”, menciona.
Desde el Grupo Centenario, el vicepresidente de Desarrollo Urbano, Carlos Montero, menciona que los jóvenes desean cada vez más diseños sostenibles, que perduren en el tiempo y cuyo impacto en la ciudad sea positivo. Además de ello, coincide en que ahora se pasa más tiempo en la casa, y el público busca espacios que ofrezcan no solo áreas verdes, sino áreas con buen mobiliario urbano, áreas de paseo, de ejercicios, de descanso, entre otras. Se prefieren elementos que ayuden a combinar los momentos de trabajo con los de relax sin tener que trasladarse.
Sin embargo, indica que una de las principales dificultades para conseguir una vivienda formal de calidad es el acceso al financiamiento. Por ello, muchas empresas desarrolladoras de urbanizaciones ofrecen también el financiamiento directo a sus clientes.
OPINIÓN
Búsqueda de la independencia
Fernando Ibárcena, director de ADI Perú
El perfil del cliente inmobiliario ha evolucionado a lo largo de los años.
Ya quedó atrás la época en la que las personas buscaban una primera vivienda para toda la vida, esto debido a que las generaciones desde los millennials en adelante valoran la movilidad, los hobbies y la realización de distintas actividades durante sus tiempos libres; por ello, priorizan la fácil conectividad con espacios de interés, como lo es el entretenimiento.
Por otro lado, la pandemia ha empujado a los clientes a destacar los espacios que ofrecen los proyectos inmobiliarios a nivel de distribución de todos los espacios, ya sea en condominios, edificios y en las propias casas..
Esto incluye a aquellos destinados a generar movilidad, como son gimnasios, piscinas, zonas de parrilla y para mascotas, entre otros, así como los que están relacionados con el teletrabajo, formato que se intensificó con la crisis y que llegó para quedarse.
Es así que las viviendas se han ido adaptando al ciclo de vida de las personas, migrando a formatos más pequeños y funcionales con alto valor en zonas comunes y ubicación.
El público de ese segmento de mercado ahora busca satisfacer necesidades de confort que antes no resultaban indispensables.
En este camino se puede observar un crecimiento en la opción de alquiler sobre compra para las personas, ya que esto les permite modificar las características de su hogar según la etapa en la que se encuentran y no se ven obligados a tomar decisiones de largo plazo desde un inicio.