A casi un año y medio del inicio de la pandemia del COVID-19, el repunte de contagios en el Perú permite percibir cada vez más cerca la inminente llegada de una tercera ola. Con ella, como en cada una de las anteriores, la posibilidad de nuevas restricciones de movilidad que pueden impactar tanto a trabajadores como a empresas de diversos rubros y tamaños empieza a asomar.
En plena búsqueda de la tan ansiada reactivación económica, sin embargo, las empresas difícilmente puedan darse el lujo de interrumpir sus operaciones. La obligada adopción del trabajo remoto y la rápida digitalización de los canales de atención les permiten estar hoy más preparadas para garantizar la continuidad de la labor operacional. ¿Con qué herramienta cuentan para garantizar la necesaria continuidad administrativa en un país tradicionalmente burocrático?
“Frente al repunte de contagios, la adopción de una firma electrónica reconocida por el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) y que cumpla con las normas vigentes resulta indispensable para garantizar una continuidad en la emisión de documentos administrativos y laborales (contratos, boletas de pago, liquidaciones, certificados, beneficios sociales, etc), de forma segura y confiable”, señala Sebastián Ausin, Country Manager de Buk Perú, empresa de tecnología para la gestión integral de recursos humanos.
La firma electrónica se ha convertido en una herramienta con la cual distintas áreas garantizan la agilidad y seguridad de sus procesos y validaciones, al tener la misma validez de la firma manuscrita. Todo ello a fin de reducir ese 70% del tiempo que hoy las áreas de recursos humanos dedican a tareas netamente procesales y administrativas.
Tal como detalla la Ley de Firmas y Certificados Digitales (Ley N° 27269) y el Decreto Legislativo Nº 1310, la firma electrónica cuenta con la misma eficacia jurídica para la firma de todo tipo de documentos laborales. “Lo único que se requiere es que tanto el trabajador como el empleador manifiesten su voluntad de sustituir una por otra en documentos laborales y, por supuesto, que la firma digital empleada cumpla todos los requisitos solicitados por la normativa vigente”, advierte el experto de Buk Perú.
Entre los principales beneficios de esta solución digital se encuentran la inalterabilidad, la permanencia en el tiempo, la verificabilidad y el alto estándar de seguridad.
“En el caso de Buk, por ejemplo, nosotros validamos la identidad de los firmantes con una metodología de doble autenticación. El primer filtro es una contraseña de acceso a la plataforma que se encuentra encriptada y, el segundo, un código único de acceso remitido al correo personal de la única persona autorizada para el uso de la firma. Una vez firmados, los documentos no pueden ser borrados ni modificados; cada firma generada ofrece información específica sobre el firmante, su email, el IP, la fecha, la hora, su token único y código QR. Todos los datos, además, son protegidos bajo las políticas de seguridad ISO 27001”, concluye Ausin.
Dicho atributo de seguridad también resulta fundamental para que la solución de una firma digital sea complementada por la emisión de documentos laborales válidos y el acceso adecuado a los mismos por parte del trabajador, en concordancia con el Decreto Legislativo N°1310.