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Jaime Arrieta, fundador de la startup chilena Buk, comenta que la pandemia fue un acelerador para la transformación digital de las empresas, incluso en las áreas de recursos humanos. El también CEO de la compañía conversó con Gestión para repasar algunas de las claves detrás de la gestión de personas en la región y nuestro país, además de las acciones con las que Buk aumentó sus ingresos en el mercado peruano.
¿Cómo ha evolucionado la gestión de personas en la región?
Latinoamérica está un poco atrasada todavía: hoy en día, el grueso de la gestión de recursos humanos está enfocada en temas administrativos como contratos y remuneraciones. Sin embargo, estamos atravesando una etapa de transición entre ser un área de back office hacia convertirse en un punto estratégico que se centra en el reclutamiento y desarrollo de talentos, además de consolidar la cultura de la organización.
¿Qué ha motivado esta transformación?
La pandemia fue indudablemente un acelerador. Sin ir muy lejos, hubo dos temas puntuales que antes eran opcionales (aunque ideales) y hoy son indispensables. El primero la digitalización de documentos, que ha sido transformativa en el área y ha cambiado por completo los tiempos que se manejan. El segundo es la comunicación interna, que tuvo que construir canales de comunicación que funcionen de manera remota y presencial por la relevancia del trabajo híbrido.
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Por el lado de los trabajadores, ¿qué ha cambiado en sus prioridades?
A partir de la pandemia, mucha gente sufrió de estrés porque no nos gusta la incertidumbre. Los trabajadores priorizan más que nunca tener certeza laboral, por lo que la comunicación se ha vuelto muy relevante. Las empresas que mejor pasaron esta ola fueron las que fueron transparentes y flexibles con sus trabajadores.
¿Cómo ha sido el crecimiento de Buk en Perú?
En estos 5 años hemos consolidado un equipo de 700 profesionales en cuatro países de la región y cada uno ha partido mejor que el anterior. Centrándonos en nuestro equipo en Perú, ahora tenemos un equipo de 60 personas y proyectamos terminar el 2023 con 200 trabajadores. Este año crecimos 9 veces lo conseguido en el 2021, nuestro primer año de operaciones, y apuntamos a cerrar el 2023 con una facturación de US$ 4 millones, el cuádruple de lo obtenido en 2022.
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¿En qué se centrarán sus operaciones en el país para el 2023?
Queremos ofrecer mayores beneficios para nuestros clientes, porque sabemos lo importante que son para crear un ecosistema de bienestar. También queremos avanzar en la parte de asistencia, que es el marcaje cuando uno llega a oficina, y habilitar el adelanto de sueldo.
Han levantado un capital de US$50 millones en ronda de inversionistas, ¿qué significó esta inyección económica?
Una parte importante se fue en la adquisición de otras empresas. Compramos una de asistencia y también la fintech que hace posibles los adelantos de salarios. Con esta compra complementamos la oferta que le damos a nuestros clientes. Otra parte de ese dinero se destinó a iniciar operaciones en México y tenemos disponible un fondo para abrir en Brasil.
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