Llegaron a América Latina hace una década, cuando la economía estaba en auge. Ahora, muchas empresas de capital privado están liquidando sus inversiones y reduciendo su presencia en la región para huir de la volatilidad de las divisas y de las vacilantes economías, destrozadas por la escasa respuesta de la región a la pandemia.
Blackstone Group Inc. y Carlyle Group Inc. se encuentran entre los que están reduciendo sus inversiones en América Latina, ya que muchos inversionistas globales se resisten a comprar participaciones privadas en empresas grandes y maduras. Los prósperos mercados de valores públicos les están ayudando a deshacerse de sus inversiones, al tiempo que compiten por las operaciones y mantienen las valoraciones altas.
“Hay mucho descrédito en la región en su conjunto”, dijo Arminio Fraga, exdirector del Banco Central de Brasil y socio de Gavea Investimentos Ltda., una firma de inversión alternativa con sede en Río de Janeiro. Gavea abandonó en abril su plan de crear un fondo de capital privado en medio de la escasa demanda de los inversionistas internacionales.
Carlyle también está renunciando a la captación de fondos exclusivos para América Latina, después de más de 10 años en el negocio. La nueva estrategia consistirá en invertir en la región a partir de los fondos globales gestionados por Carlyle, que administra alrededor de US$ 260,000 millones en activos a nivel mundial.
Blackstone no administraba fondos exclusivos de capital privado para América Latina, sino que invertía a través de Patria Investments Ltd., con sede en São Paulo, una de las mayores firmas de gestión de activos de la región. La empresa con sede en Nueva York, que administra US$ 649,000 millones a nivel mundial, vendió en enero la mayor parte de su participación del 40% en Patria, y ahora posee el 14.4%.
Los fondos de capital privado han recaudado solo unos US$ 190 millones destinados a inversiones únicamente en países latinoamericanos en lo que va del año, según datos compilados por Bloomberg. Eso se compara con alrededor de US$ 2,800 millones el año pasado y un récord de US$ 9,160 millones en el 2014, según LAVCA, la asociación para la inversión de capital privado en América Latina.
Las desinversiones de capital privado alcanzaron un récord de US$ 5,400 millones en América Latina el año pasado, u US$ 11,100 millones, incluidas las ventas de participaciones de capital de riesgo en 105 transacciones. La mayor parte de esa cifra correspondió a la actividad en los mercados públicos de la bolsa de valores brasileña, según LAVCA. Esto continuará este año, con una serie de empresas respaldadas por capital privado que planean realizar ofertas públicas iniciales, dijo LAVCA.
“Mientras el crecimiento siga siendo mediocre, será muy difícil justificar una tesis de compra de participaciones privadas en empresas más expuestas a los ciclos económicos de América Latina, como las del sector minorista o de consumo”, dijo en una entrevista Piero Minardi, presidente de la asociación brasileña de capital riesgo y capital privado ABVCAP.
América Latina era la niña mimada del sector hace apenas 10 años. Mientras las economías de Estados Unidos y Europa seguían sufriendo las consecuencias de la crisis financiera del 2008, América Latina disfrutaba de un fuerte crecimiento impulsado por un auge de las materias primas.
Y el capital privado entró en escena. Blackstone adquirió una participación del 40% en Patria en setiembre del 2010, mientras que la unidad Highbridge Capital Management de JPMorgan Chase & Co. compró Gavea en octubre de ese año. En el 2008, Carlyle abrió una oficina en Brasil, seguida por TPG Capital LP en el 2012, y KKR & Co. y Apax Partners LLP en 2013.
Pero, tras una expansión económica del 6.3% en el 2010, las tasas de crecimiento del PBI comenzaron a disminuir y JPMorgan vendió el control de Gavea a sus fundadores brasileños en el 2016. TPG, KKR y Apax también cerraron sus oficinas en Brasil. Carlyle está en negociaciones para transferir parte de su equipo de Brasil a la empresa de inversión local SPX Capital, que administrará los 20,000 millones de reales (US$ 3,900 millones) en inversiones que aún mantiene en el país.
Efecto pandémico
Gran parte de la caída del capital privado de este año se puede atribuir al COVID-19. Argentina, Colombia y Brasil son los peores lugares del mundo para vivir durante la pandemia, según el Ranking de Resiliencia COVID de Bloomberg, que utiliza una amplia gama de datos para captar dónde se está manejando la crisis de manera más eficaz.
La escasa respuesta de la región a la crisis, incluida la falta de vacunas, está reduciendo las economías de muchos países en términos de dólares. Eso también disminuye el tamaño de las transacciones, haciéndolas menos atractivas para los fondos que prefieren invertir como mínimo US$ 200 millones.
Algunas firmas locales continuarán recaudando fondos dedicados a América Latina para inversionistas internacionales. Patria, que tiene alrededor de US$ 9,000 millones bajo administración en esas estrategias, es una de ellas, dijo Alexandre Teixeira de Assumpcao Saigh, director ejecutivo y socio fundador de la compañía, en una llamada con analistas el 20 de mayo.
Pero la estrategia de inversión no se traducirá en grandes apuestas. En cambio, Patria planea comprar participaciones en empresas pequeñas o medianas en sectores fragmentados y luego fusionarlas en una gran empresa. La firma se centrará en sectores más resistentes a una economía de lento crecimiento, como la logística, la alimentación, las bebidas y la atención médica.
Vinci Partners Investments, con sede en Río de Janeiro, que recaudó un fondo de capital privado de 1,000 millones de reales este año, también se centrará en pequeñas y medianas empresas con “potencial de crecimiento y ASG (ambiental, social y de gobernanza corporativa)”, dijo la empresa en un comunicado. Aproximadamente el 70% de los inversionistas del fondo eran locales.
Capital de riesgo
Las inversiones de capital privado en Brasil cayeron 42% en el primer trimestre frente al mismo período del 2020, a 1,900 millones de reales, según ABVCAP y KPMG. Pero las inversiones de capital de riesgo están en auge: se triplicaron con creces a 8,800 millones de reales en el período.
“La pandemia anticipó las tendencias de digitalización y las nuevas empresas tecnológicas son las grandes ganadoras”, dijo Minardi de ABVCAP.
La perspectiva de una mayor volatilidad del tipo de cambio dadas las elecciones presidenciales brasileñas del próximo año, la inestabilidad política en Perú y los disturbios en Colombia probablemente mantendrán limitadas las inversiones extranjeras de capital privado en América Latina, dijo Minardi.
“América Latina simplemente se ha vuelto demasiado pequeña para algunos grandes inversionistas de capital privado a nivel mundial”, dijo Alexandre Bertoldi, socio del bufete de abogados Pinheiro Neto Advogados.