Los bancos europeos acaban de publicar uno de los trimestres más turbulentos desde la crisis financiera de 2008, con miles de millones en riesgo debido a golpes al comercio, pérdidas futuras de préstamos y depreciaciones de activos. Además, esto podría ser solo el comienzo.
El impacto del coronavirus y las cuarentenas solo se hizo evidente hacia el final del primer trimestre, lo que obligó a los bancos a tener que basarse en proyecciones para el panorama del resto del año. El alivio regulatorio sin precedentes y el apoyo gubernamental a la economía podrían no compensar lo que parece podría ser la recesión más profunda de los últimos tiempos.
Los bancos europeos, según la medición del Euro Stoxx Banks Index, cayeron hasta 4,5% el jueves, alcanzando un mínimo histórico durante el día y reduciendo las caídas del año a cerca de 45%. Esto convierte a la banca en la industria de peor desempeño hasta la fecha.
Los bancos europeos reservaron la mayor cantidad de provisiones para préstamos dudosos en más de seis años, aunque los montos diferían mucho entre las empresas y solo unos pocos entregaron su perspectiva para todo el año. Evitar un aumento repentino en las provisiones que ahogan los préstamos refleja la menor rentabilidad de los bancos europeos y la dependencia de la economía frente a sus préstamos.
Los mercados fueron extremadamente volátiles hacia el final del trimestre: buenas noticias para los bancos que negocian bonos gubernamentales y divisas, pero más complicado para acciones y crédito corporativo.
Los bancos europeos vieron caer uno de sus indicadores clave de fortaleza financiera, conocido como CET1, después de que los clientes corporativos se apresuraron a recurrir a los préstamos y la turbulencia del mercado aumentó el riesgo comercial. La demanda de líneas de crédito ha disminuido desde entonces.
Aun así, Crédit Suisse Group AG advirtió sobre una mayor presión sobre los índices de capital en los próximos trimestres, a medida que toma en cuenta la volatilidad del primer trimestre, así como una disminución en las calificaciones crediticias de los prestatarios.
El panorama debería aclararse en los próximos meses a medida que las empresas regresan de la cuarentena, aunque varios analistas señalaron que las proyecciones de algunos bancos podrían ser demasiado optimistas.
El segundo trimestre, que resume lo peor del brote de COVID-19 en la economía global y las cuarentenas, probablemente aclarará más las expectativas para el año.