El grupo financiero ING, el mayor banco neerlandés, anunció que recortará al menos 1,000 puestos de trabajo en filiales en todo el mundo, y cerrará oficinas en varios países de Sudamérica y Asia para poder absorber el efecto de la pandemia de coronavirus.
Además, también interrumpirá su prestigioso proyecto digital “Maggie”, que tenía como objetivo estandarizar los sistemas en países europeos como España y Francia, lo que le costará 140 millones de euros en pérdidas por lo invertido en el desarrollo del software, y con el que estarán relacionados alrededor de 40% de los empleos que van a desaparecer.
Los recortes de plantilla se materializarán como máximo a finales del 2021 en diferentes países, también en su sede central en Países Bajos, y cerrará sucursales en Asia y Sudamérica, incluidas algunas en Brasil, Argentina y Colombia, según anunció el banco durante la presentación de sus resultados del tercer trimestre del 2020.
El banco, para el que trabajan más de 50,000 empleados en todo el mundo, no descarta despidos forzosos, en caso de valorar que el golpe de la pandemia sea aún mayor de lo esperado.
El pasado julio, ING anunció el cierre de 170 sucursales en Países Bajos, después de haber cerrado en el 2019 el 40% de los “puntos de servicio” localizados en diferentes tiendas.
Fuertes pérdidas
En el último trimestre, ING sufrió una caída de más de 40% en sus beneficios, aunque el propio banco haya subrayado que su desempeño ha sido “resistente” en un “entorno externo desafiante”, y que logró atraer a más de 200,000 clientes adicionales los últimos tres meses.
El beneficio neto de los últimos tres meses se redujo a 788 millones de euros, casi la mitad de los 1,400 millones registrados en el mismo periodo del año pasado.
“La pandemia sigue teniendo un impacto significativo en todas partes, con la segunda ola en Europa y Estados Unidos ejerciendo más presión sobre los consumidores y las empresas”, lamentó el director ejecutivo del grupo, Steven van Rijswijk.
Debido a la reducción en los ingresos por intereses durante la crisis del coronavirus, el banco obtuvo una ganancia bruta de 1,200 millones de euros, cuando había obtenido 1,340 millones de euros brutos durante el tercer trimestre del 2019.