El 2022 fue un año especialmente difícil para Alianza Metalúrgica, una empresa de fundición de aluminio fundada hace 37 años. Sus ventas cayeron debido a la contracción de sus envíos al Ecuador y la rentabilidad se vio seriamente afectada por el alza de los insumos importados. Sin embargo, el gerente general de la compañía, Patrick Spittler, proyecta para este año una importante recuperación debido a mejoras en las exportaciones y la llegada a un nuevo país de destino: Brasil. Además, la empresa se mudará de San Juan de Lurigancho a una nueva planta que le permita duplicar su capacidad productiva.
¿Qué planes tienen para este año?
Este año tenemos como enfoque priorizar las líneas productivas más rentables. Vamos a enfocarnos bastante en la utilidad. No vamos a descartar las otras líneas, pero sí le daremos prioridad en la venta a las líneas que están generando más utilidad.
¿Cuáles son esas líneas más rentables?
Nosotros nos dedicamos a la fundición de aluminio para todos los sectores que requieren partes de aluminio. Pueden estar en equipos de ventilación, una cocina doméstica o una embarcación pesquera. Donde estamos identificando más potencial es en la ventilación industrial y cocinas domésticas (electrodomésticos). No vamos a enfocarnos tanto en el mercado local, que lo vemos complicado, sino en la exportación, que el año pasado concentró el 40% de nuestras ventas, y eso lo queremos reforzar.
¿Cuánto crecerían las ventas este año?
Hemos estado en un sube y baja debido a la pandemia y todas las complicaciones logísticas del año pasado. El 2021 crecimos en 20%, en el 2022 tuvimos una caída del 10% y en el 2023 estamos esperando crecer entre 10% y 15%. El crecimiento local lo estamos estimando en 5% y afuera en 20%.
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¿A qué países exportan?
Ecuador, Chile y Colombia. El año pasado comenzamos a desarrollar productos para Brasil y este año comenzamos con las exportaciones a este destino. Hay posibilidades de empezar a exportar a Estados Unidos, pero el enfoque principal que tenemos es reforzar los mercados donde ya nos encontramos.
¿Qué potencial han encontrado en Brasil?
Por un lado, es un país bastante proteccionista en las importaciones, pero por otro, en Brasil hay muchas multinacionales con casa matriz en Estados Unidos o Europa que están buscando reenfocar la adquisición de piezas. Por todos los problemas que se están generando a nivel mundial, incluyendo los de China, estas multinacionales están buscando proveeduría regional y es así como nosotros estamos llegando a Brasil.
¿Qué porcentaje de las ventas vendría de las exportaciones este año y qué parte de eso podría corresponder a Brasil?
Estimamos que el 55% o 60% de nuestras ventas vendrían de la exportación y de eso, Brasil representaría un 5%. Como es un país donde hemos logrado clientes recién el año pasado, no va a implicar un gran crecimiento en el 2023. Tenemos buenas esperanzas de que este destino llegue a facturaciones más altas, pero no en el primer año.
¿Y cómo les fue en las ventas locales el año pasado?
Crecieron un 5%, por debajo de lo que habíamos pronosticado. Creo que la mayor parte de empresas industriales tenía mucha fe en el 2022 porque el 2021 fue espectacular, pero en el 2022 no se presentaron las ventas como se esperaba. En total, entre venta interna y exportaciones, las ventas que proyectamos para este año son del mismo nivel que el 2019.
¿Cómo han impactado las protestas en el sur?
El 30% de nuestras ventas corresponde a equipos que se usan en el sector minero. Y definitivamente lo que ha ocurrido en los últimos meses sí ha tenido un impacto en sus ventas y en nuestra producción de piezas para ese sector. El segundo sector más afectado es el agrícola.
¿Qué productos proveen a estos sectores?
Nuestros clientes típicos en el sector minero son los fabricantes de ventiladores industriales. Nosotros fabricamos varias de las piezas y nuestro cliente ya lo incorpora todo en un equipo y lo vende a la mina. Nosotros no tenemos relación directa con las minas, es nuestro cliente el que se encarga de eso.
¿En enero cuáles fueron los resultados de las ventas?
Hemos cumplido con nuestras proyecciones y crecido en línea con lo que se espera para el año (entre 10% y 15%). Creo que la situación que está atravesando el país ha tenido un efecto tardío en nosotros. En febrero no estamos cumpliendo con nuestra proyección de crecimiento. Aparentemente, las dificultades logísticas de nuestros clientes para atender a sus clientes finales han influido en las órdenes de compra que recibimos. En marzo esperamos recuperar el trecho perdido.
¿Qué inversiones tienen previstas para este año?
El espacio físico nos está quedando bastante ajustado. Nuestra inversión principal este año va a ser un nuevo local, que se ubicará en Lurín, Pachacamac o Chilca. Actualmente estamos en San Juan de Lurigancho, donde tenemos una planta de 2,300 m2, y ya estamos buscando propuestas para poder mudarnos. Estamos buscando un espacio de entre 5,000 m2 y 10,000 m2. Este proyecto estará sujeto al crecimiento que obtengamos como resultados de nuestra expansión a otros mercados a través de exportaciones.
¿Cuánto implicaría de inversión?
Va a depender de la ubicación. Hay una gran diferencia entre los terrenos de Lurín y Chilca (que está mucho más lejos). Los precios van desde US$50 por m2 hasta US$ 400 por m2.
¿En cuánto les va a permitir ampliar su capacidad productiva?
Nos va a permitir duplicar nuestra capacidad productiva.
¿Este año se concretaría el proyecto?
Sí, nos mudaríamos en el segundo semestre. La elección e implementación del nuevo lugar van a realizarse en el primer semestre.
¿Cómo ha ido variando la rentabilidad de la empresa?
El costo de los insumos ha sido totalmente incierto, eso nos ha afectado bastante porque nosotros no podemos trasladar el alza de los insumos de inmediato al cliente final. En 2021, el aluminio, que es nuestro insumo principal, subió mucho de precio y en el 2022 empezó a reducirse de nuevo. Nosotros hemos tenido que absorber buena parte de ese incremento y ver cómo lograr que el impacto a nuestro cliente final no sea tan fuerte. El 2021 ha sido un año con muy buena rentabilidad, cercana al 10%, y el 2022 ha sido un año en el que hemos tenido que luchar para tener rentabilidad, pero ha sido prácticamente rentabilidad cero.
¿Para este año se recuperaría la rentabilidad?, ¿cómo?
Sí, para este año tiene que recuperarse, sobre todo reforzando el mercado regional. Esto se debería a que lograríamos superar nuevamente el punto de equilibrio: llegar a ciertos niveles de venta para poder cubrir todos los gastos que tiene una empresa del tamaño de la nuestra. Como comentaba, tenemos grandes expectativas sobre las ventas en otros países de la región, y eso nos va a permitir recuperar el punto de equilibrio en nuestras ventas.