Las acciones de Hochschild Mining caían alrededor de 8% el martes, luego de colapsar un 27% un día antes después de que el gobierno de Perú anunciara que no aprobaría extensiones operativas para su mina de plata insignia Inmaculada.
La baja se produce pese al inicio la noche del lunes de diálogos entre el gobierno y el poderoso gremio de empresas del sector, la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE). Ambas partes dijeron que habían sido “fructíferas”.
La presidenta del Consejo de Ministros, Mirtha Vásquez, había provocado la ira en el sector y la venta masiva de los papeles de Hochschild, después de que dijera el viernes que no se darían más extensiones de operación a varias minas debido a preocupaciones ambientales.
El anuncio se conoce cuando hay una ola de protestas contra el sector minero menos de cuatro meses después del ascenso al poder del presidente Pedro Castillo, quien ganó unas apretadas elecciones con la promesa de otorgar mayores beneficios económicos a las comunidades pobres.
Asimismo, cuando además el gobierno planea elevar impuestos y regalías al sector minero, cuyas exportaciones representan el 60% de todos los envíos del país. Perú es el segundo mayor productor mundial de cobre y plata.
Los papeles de Hochschild se habían hundido hasta un 57% el lunes, antes de sacudirse de algunas pérdidas, pero seguía siendo el peor día de cotización para la minera que cotiza en Londres.
Junto a Inmaculada, la mina Pallancanta también de Hochschild se vería afectada por la decisión del Gobierno. Además de las minas de las empresas locales Sami SAC y Apumayo.
En medio de la incertidumbre en el sector, el viceministro de Minas, Jorge Chávez, pareció dar marcha atrás al afirmar que las cuatro minas en conflicto pueden presentar una solicitud para prorrogar el plan de cierre de sus unidades.
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