Más de un 40% de la población migrante en Perú tiene estudios técnicos, universitarios o de postgrado, un porcentaje mayor al promedio peruano y al de personas que se quedaron en Venezuela. (Foto: Alonso Chero)
Más de un 40% de la población migrante en Perú tiene estudios técnicos, universitarios o de postgrado, un porcentaje mayor al promedio peruano y al de personas que se quedaron en Venezuela. (Foto: Alonso Chero)

Mariana Castillo Celis

En el programa del pasado miércoles de “La Nueva Empresa”, difundido a través de las redes sociales de la marca Gestión, Lucía Salem, directora de Proyectos de Lucha, y David Licheri, director de la Cámara Empresarial Venezolana Peruana y director co-fundador del Grupo Equilibrium, dieron a conocer el proyecto Migrante y cómo la inserción de la población venezolana es una oportunidad para la economía del país.

El movimiento Lucha y Gestión son los organizadores de “La Nueva Empresa”, un espacio semanal dedicado a destacar las buenas prácticas empresariales que se están dando en el país, sobre la base de los criterios establecidos por el capitalismo consciente en relación al aporte a solucionar los problemas sociales vigentes en la sociedad peruana.

Respecto al tema tratado en esta oportunidad, debido a la fuerte crisis económica y social que vive Venezuela, más de 5.5 millones de venezolanos se han visto obligados a dejar su país en los últimos cinco años, de los cuales un millón ha llegado al Perú. Muchos de los migrantes están altamente expuestos a situaciones de vulnerabilidad y poco acceso a servicios como salud, vivienda, servicios financieros, además del desempleo y subempleo.

En colaboración con Equilibrium, nace el proyecto Migrante, que busca hacer frente a la xenofobia que sufren los migrantes en el Perú a través de la inclusión social y financiera, y crear una empresa que pueda darles servicios que los ayuden a tener una mejor calidad de vida.

El proyecto busca trabajar primero sobre la percepción de la migración venezolana, ya que más del 70% de la población peruana considera que su impacto en el país es negativo. Sin embargo, existen cifras que demuestran lo contrario. “El impacto fiscal fue de US$ 35 millones netos en el 2020″, manifiesta Licheri.

Por ello, Lucha comenzará construyendo una marca y comunidad a favor de la inclusión de los migrantes y en contra de la xenofobia para luego empezar a elaborar experimentos con distintas rutas de negocio alrededor de esa marca. “Es importante comunicar siempre que la población migrante representa un gran aporte y una gran oportunidad para el Perú”, resalta Salem.

“Más de un 40% de la población tiene estudios técnicos, universitarios o de postgrado, un porcentaje mayor al promedio peruano y al de personas que se quedaron en Venezuela”, comenta Licheri. Asimismo, se tienen muchos emprendedores y profesionales que desean acceder a capital para comenzar un negocio o comprar una casa, pero no tienen acceso al crédito, cuenta Licheri.

En ese sentido, algunas rutas que están evaluando son las de acceso a crédito e impulso a los emprendimientos (startups) de migrantes. “Hemos explorado ideas en torno a la inclusión financiera, como generar data sobre los migrantes para que los bancos y entidades financieras puedan prestarles dinero, ya que ellos no tienen historial crediticio en Perú”, comenta Salem. “Estamos investigando cómo dar impulso a los negocios de venezolanos, ayudándolos a llegar al público a través de puntos de venta, y financiando su operación”, agrega.

Por último, Salem agrega que Lucha busca que todas sus empresas tengan parte en las agendas públicas. “Definitivamente lo que esta empresa haría es participar e impulsar el tema de integración de los migrantes en la agenda pública para que se pueda adaptar y transformar a la situación”, menciona.

A su vez, Licheri considera que sí han habido avances en políticas públicas y pone de ejemplo al Carné de Permiso Temporal de Permanencia (CPP). No obstante, comenta que hay una desinformación por parte de las empresas sobre la documentación existente para los migrantes. “Esto se puede mejorar a través de capacitaciones en el sector financiero”, expresa Licheri.