Desde lo que compra en internet hasta la forma de recordar las tareas, pasando por la vigilancia de la puerta de su casa: Amazon está aparentemente en todas partes.
Y no parece que quiera frenar su alcance pronto. En las últimas semanas, ha anunciado que invertirá miles de millones de dólares en dos gigantescas adquisiciones que, si se aprueban, ampliarán su creciente presencia en la vida de los consumidores.
Esta vez, apunta a dos áreas: la atención sanitaria, a través de la adquisición de la empresa de atención primaria One Medical por 3,900 millones, y a la domótica, donde prevé ampliar su ya importante presencia con una fusión de 1,700 millones con iRobot, el fabricante de la popular aspiradora robótica Roomba.
Como es lógico con una compañía conocida por su vasta compilación de información sobre los consumidores, ambas fusiones han aumentando las preocupaciones de privacidad por la forma en la que Amazon obtiene los datos y qué hace con ellos. La última línea de Roomba, por ejemplo, emplea sensores para mapear y recordar el plano de una vivienda.
“Está adquiriendo el vasto conjunto de datos que Roomba recopila sobre las viviendas de la gente”, dijo Ron Knox, un crítico de Amazon que trabaja para el grupo antimonopolio Institute for Local Self-Reliance. “Su intención evidente, a través de todos los demás productos que vende a los consumidores, es estar en su casa. (Y) además de las cuestiones de privacidad están las cuestiones antimonopolio, porque está comprando cuota de mercado”.
El alcance de Amazon va mucho más allá. Algunas estimaciones muestran que el gigante minorista controla casi el 38% del mercado del comercio electrónico de Estados Unidos, lo que le permite recopilar datos granulares sobre las preferencias de compra de millones de estadounidenses y de más en todo el mundo. Mientras, sus dispositivos Echo, equipados con la asistenta de voz Alexa, han dominado el mercado de altavoces inteligentes estadounidense, con cerca del 70% de las ventas, según las estimaciones de Consumer Intelligence Research Partners.
Ring, que fue adquirida por Amazon en el 2018 por US$ 1,000 millones, monitorea las puertas de las casas y ayuda a la policía a perseguir la delincuencia, incluso cuando los usuarios no se dan cuenta. Y en tiendas seleccionadas de Amazon y Whole Foods, la empresa está probando una tecnología que, con el escaneo de la palma de la mano, permite que los consumidores paguen sus artículos almacenando datos biométricos en la nube, lo que ha despertado las preocupaciones acerca de los riesgos de una violación de los datos, algo que Amazon ha tratado de disipar.
“Tratamos la firma de la palma de la mano como cualquier otro dato personal altamente sensible y lo mantenemos a salvo empleando los mejores controles de seguridad técnica y física”, dijo la empresa en una web que ofrece información acerca de esa tecnología.
Incluso los consumidores que evitan de forma activa Amazon tienen poco que decir acerca de la forma en la que sus empleadores nutren sus redes informáticas, que Amazon, además de Google, lleva años dominando a través de su servicio de computación en nube AWS.
“Es difícil pensar en otra organización que tenga tantos puntos de contacto como tiene Amazon con un individuo”, apuntó Ian Greenblatt, director de investigación tecnológica en la firma de investigación de consumo y análisis de datos J.D. Power. “Es prácticamente abrumador, y es complicado reconocerlo”.
Y el objetivo de Amazon, como el de cualquier compañía, es crecer. En los últimos años, ha adquirido la startup de Wi-Fi Eero y se ha asociado con la empresa de construcción Lennar para ofrecer viviendas tecnológicas. Con iRobot, obtendría una pieza más para la casa inteligente definitiva y, por supuesto, más datos.
Los clientes pueden optar porque sus dispositivos iRobot no almacenen el plano de su casa, según el fabricante de aspiradores. Pero a los defensores de la privacidad de datos les preocupa que la fusión sea otra vía por la que Amazon pueda obtener información para integrarla en sus otros dispositivos o usarla para ofrecer anuncios personalizados a los consumidores.
En un comunicado, la vocera de Amazon, Lisa Levandowski, negó que ese sea el objetivo de la firma.
“No empleamos los mapas de las viviendas para la publicidad dirigida y no tenemos planes de hacerlo”, afirmó Levandowski.
Otra cuestión es si eso aliviará las preocupaciones, especialmente a la vista de las investigaciones sobre otros dispositivos de Amazon. A principios de año, un grupo de investigadores universitarios publicó un reporte que concluyó que los datos de voz de los aparatos Echo estaban siendo empleados para ofrecer anuncios personalizados a los consumidores, algo que la empresa había negado en el pasado.