La industria del plástico en Perú tendrá nuevos ajustes desde el próximo 20 de diciembre. Desde esa fecha, los supermercados, autoservicios y comercios en general estarán obligados a remplazar la entrega de bolsas de base polimérica no reutilizable, por bolsas reutilizables o biodegradables, en el marco de la ley que regula el plástico de un solo uso.
Esta es la última fase de una norma que se aplica en el país desde el 2019 con el objetivo de reducir los residuos sólidos. Según el Ministerio del Ambiente (Minam), ha permitido que se deje de “consumir” ese primer año 1,000 millones de unidades de bolsas plásticas al desincentivarse su uso con el cobro de un impuesto que comenzó con S/ 0,10 y subirá a S/ 0.40 para el 2022.
Ante este escenario, “las empresas formales de bolsas de plástico migrarán al uso de otros materiales pero no a otras actividades”, señaló Eduardo Del Campo, presidente del Comité de Plásticos de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI). ¿Qué otros cambios han surgido en la industria?
Migración a lo vegetal
El pasado 30 de noviembre, el Ministerio de la Producción (Produce) publicó el reglamento técnico sobre bolsas de plástico biodegradables, en el que, entre otros, determina los plazos para a degradación de la bolsa y establece que durante la fabricación de las bolsas de plástico no se introduzcan deliberadamente sustancias peligrosas para el ambiente y la salud humana, de lo contrario, estarán prohibidas.
Asimismo, establece la incorporación de una etiqueta el que incluirá frases como “No abandone esta bolsa en el ambiente, segregue como residuo orgánico” o, “minimice la generación de residuos”, entre otros.
Con los nuevos parámetros, Del Campo sostuvo que un 30% de las empresas de bolsas de plástico que hay en el país -se calculan unas 140- “podrían sufrir las consecuencias de estos cambios”. Pero el 70% se adaptará y “migrará a la producción de bolsas pero con otros materiales utilizando aditivos naturales u otros que sean permitidos”, señaló. Y explicó, que entre dichos insumos, se encuentra el uso del bagazo de la caña de azúcar.
Ante esa nueva demanda de insumos, han comenzado a generarse proyectos para proveer a la industria de alternativas innovadoras. Uno de esos casos es el proyecto TSAAA Látex que ha desarrollado un polímero compostable a base de yuca sembrada en el Bajo Urubamaba, Cusco.
“Estamos en la última fase de desarrollo y próximamente enviaremos muestras a Europa donde la industria del plástico biodegradable está más avanzado. La finalidad es que puedan darnos recomendaciones finales para hacer las pruebas en las máquinas de Perú”, explicó a Gestión.pe Julio Adriazola, encargado de la parte de investigación del proyecto que fue ganador de la Hackaton Perú Reactívate 2020 de Esan.
Si bien antes no era atractivo el uso de material vegetal pues resultaba caro para la industria respecto al uso del polímero de petróleo; hoy el panorama es distinto con el crudo al alza. “Nuestro producto se vendería a US$ 4 el kilo, similar al polímero de petróleo”, anotó Adriazola.
Otros cambios en la industria
Desde el 2019, otro de los cambios en la industria del plástico es la incorporación de plástico reciclado en su proceso industrial, aunque aún de forma incipiente ante la carencia de una cultura de reciclaje.
“Menos del 10% del plástico en el Perú se recicla, si lograra reciclarse podría volver a ser usado como materia prima como hoy se hace con las botellas de plástico. Estas empresas están obligadas a que su nuevo producto incorpore al menos un 15% de material reciclado”, informó Del Campo, quien señaló que será necesario formalizar a los recolectores para asegurar abastecimiento.
Al respecto, Alberto Huiman, profesor de la Universidad Esan, indicó que no existen incentivos fiscales para el reciclaje, y no hay estrategias de mercados verdes para que el propio gobierno adquiera esos productos que proceden del reciclaje.
“Los incentivos promovidos desde el Estado, en el contexto actual, si pueden ayudar a la formalidad del reciclaje, si no hay incentivos para la empresa la pirámide del reciclaje seguirá siendo informal, seguirá funcionando en anomia, seguirá desconociendo los beneficios laborales, terminara siendo frágil y débil”, opinó.
Por último, Eduardo Del Campo de la SNI señaló que son las empresas de envases de plástico las que tienen un mayor avance respecto a migrar al uso de insumos vegetales para fabricar productos biodegradables. No obstante, anotó que sin las condiciones adecuadas -como determinada exposición a la humedad, temperatura y a rayos UV- la biodegradación tampoco podrá ser completada, por lo que exigió al Produce claridad sobre este concepto.