S&P Global Ratings recortó la perspectiva de la calificación crediticia del Perú desde estable a negativa, con lo que se deteriora aún más el panorama para la economía local.
En un comunicado, S&P indicó que mantuvo la calificación de deuda peruana en BBB, la segunda calificación más baja en grado de inversión.
“La forma en que ocurrió el más reciente cambio de poder en el Perú refleja un mayor estancamiento político y aumenta los riesgos por delante”, dijo la agencia.
“En nuestra opinión, también crea incertidumbre sobre la estabilidad institucional del Perú y su capacidad para mantener la continuidad en políticas económicas clave y apoyar el crecimiento económico”, añadió.
Para el profesor de la Universidad del Pacífico, Enrique Castellanos, el gatillo que disparó la decisión de S&P es el tumulto político y social de los últimos días.
“Nos tenían en la mira desde hace un año y medio, desde el inicio del gobierno de Pedro Castillo . Y ahora que hubo cambio de gobierno se tenían mejores proyecciones, pero los acontecimientos recientes reflejan que se mantiene la inestabilidad política. Claro que eso lo tiene en cuenta S&P”, refirió.
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Enfatizó que la crisis política está percudiendo a todo el país e impide que el bajo nivel de endeudamiento, reducido déficit fiscal y elevadas Reservas Internacionales Netas (RIN) se traduzcan en una mejor calificación de riesgo para el Perú, sostuvo Castellanos.
“Deberíamos tener una calificación de tres peldaños más arriba, pero no lo tenemos porque nos estamos sacando los ojos en el ámbito político”, dijo.
Por el contrario, aseveró que la decisión de S&P acerca un poco más al Perú a perder el grado de inversión que hoy ostenta
Por su parte, el head de macroeconomía de Intéligo SAB, Luis Eduardo Falen, sostuvo que el recorte de la perspectiva para la calificación del país obedece al temor al cambio hacia políticas que no permitan sostener el crecimiento económico, como lo evidencia la contracción de componentes clave de la demanda, en particular de la inversión privada.
“En años anteriores tuvimos buenos precios de metales, como el cobre, pero eso ya no está presente y entonces se siente con más claridad que motores internos de crecimiento, como la inversión privada, ya no están presentes”, dijo.
Además, las calificadoras consideran que el elevado ruido político y entorno de confrontación que afectan al país incrementan el riesgo de que se apliquen políticas que generen mayor gasto y presionen el presupuesto público, lo que implicaría la necesidad de recurrir a mayor endeudamiento externo, sostuvo Falen.
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