La violencia que viven varias regiones del sur ha desalentado a la gran mayoría de turistas extranjeros que planeaban visitar Cusco durante el primer trimestre del año, indicó el presidente de la Cámara de Comercio de esta región, John González. Sin embargo, espera que se halle una pronta solución a la crisis y esta no llegue a obstruir la temporada alta de turismo en la región, que cada año empieza en abril y se prolonga hasta diciembre.
Hasta el momento, ¿cuál es el impacto que la crisis en el sur deja en la economía de la región Cusco?
El impacto es muy grande, sobre todo para el sector turismo, que es el mayor generador de empleo en la región. Empezó con las protestas de diciembre, cuando se cancelaron el 80% de las reservas que había para ese mes y en parte para el primer trimestre y aumentó desde el 4 de enero cuando las protestas se retomaron. Ahora, se encuentran canceladas el 85% de las reservas de paquetes turísticos de enero a marzo, que es temporada baja. Para abril, todavía hay reservas que se mantienen, que han sido hechas con meses o incluso un año de anticipación. Esperemos que la situación no se prolongue tanto y que no afecte demasiado la temporada alta.
¿Cuántos turistas circulan por Cusco en estos días?, ¿cuántos suelen llegar en circunstancias normales?
En la temporada alta, en un día normal ingresan a Machu Picchu poco más de 4,000 turistas cada día, pero en temporada baja como ahora, ingresan alrededor de 3,000. Sin embargo, debido a la situación actual en estos días hay entre 100 y 200 visitantes diarios que han venido a pesar de saber que la situación es difícil.
¿Cuánto aporta económicamente el turismo en la región y cuántas personas trabajan en este sector?
El turismo mueve en promedio S/ 2.5 millones diarios, que ahora prácticamente se están perdiendo: muchos trabajadores están siendo despedidos porque los restaurantes, las tiendas y los hoteles no pueden funcionar o no tienen público, entonces no tienen con qué pagarles. Este sector representa el 30% de la región, pero reúne el 60% de los empleos. Esto se debe a que el sector hidrocarburos y minería aporta más dinero, pero emplea a mucho menos gente que el de turismo.
Entonces, ¿la mayoría de las personas que se dedican al turismo, por lo general, son de ingresos económicos bajos o medios?
Así es. En el turismo trabaja mucha gente, la gran mayoría de clase media o clase media baja. Se dice que en Cusco hay grandes empresas o que son extranjeras, pero la verdad es que la gran mayoría son empresas pequeñas y solo unas pocas son medianas, y no son extranjeras. La mayoría no son solo nacionales, sino que son regionales, se originaron en el Cusco.
¿Cree que esta situación afectará al turismo en lo que resta del año o se limitará solo al primer trimestre?
De hecho que va a afectar la llegada de turistas a lo largo del año, porque ya la mayoría de los países han emitido alertas a su población para que no venga al Perú. Lo han hecho Colombia, Chile, Argentina y Brasil, que dentro de Latinoamérica son los principales emisores de turistas hacia nuestro país; y también Estados Unidos y Canadá, que son dos emisores muy importantes de turistas a nivel local.
¿Qué debería hacer el Gobierno para frenar esta difícil situación y evitar que en el Cusco se repliquen episodios de violencia como los de Puno?
Debe mejorar el diálogo para hacer entender a los cusqueños, a los manifestantes, cuál es el proceso para convocar a nuevas elecciones y lograr un cambio acelerado de gobierno. Ellos están pidiendo elecciones en el 2023 y eso es imposible, pero se les debe explicar por qué. Está faltando comunicación más asertiva y creo que debería estar en manos de entidades mediadoras, de una entidad neutral, como por ejemplo la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza.