El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), sector que el presidente Pedro Castillo ofreció potenciar durante su campaña, sigue en constantes cambios de timón pero sin rumbo fijo -una opinión que comparten los entrevistados para esta nota-, y en un contexto de desatención a una crisis alimentaria alertada por los gremios agrarios desde el 2021, y que ahora es confirmada por organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En estos casi diez meses de gobierno, cuatro ministros han pasado por este sector que maneja un presupuesto de S/ 1,897 millones para este 2022. Empezó con Víctor Mayta, que duró siete meses en el cargo (julio 2021-1 febrero 2022) y renunció en medio de cuestionamientos por el bajo avance de la denominada segunda reforma agraria. Lo reemplazó Alberto Ramos Quilca, un ingeniero agrónomo de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno que apenas duró una semana en el cargo.
Con la juramentación de Aníbal Torres como premier, asumió en febrero el congresista Óscar Zea, un empresario puneño y ganadero propuesto por algunas bases agrarias pero que después de tres meses y en medio de serios cuestionamientos -entre ellos, una acusación de tener responsabilidad en un presunto asesinato- que llevó a varias bancadas del Congreso a presentar una moción de interpelación contra él, dejó la cartera.
Fue durante su gestión, según fuentes consultadas, en la que más cambios se realizaron, desde que asumió Castillo, al interior del Midagri (al menos 139 resoluciones de designaciones), bajo la asesoría de su secretario general Paul Jaimes que, pese a la salida de Zea, ha continuado despachando en el Midagri el último lunes (23 de mayo), según registros del Portal de Transparencia del ministerio.
“La salida de profesionales experimentados por advenedizos no solo retrasa sino que no se logra avanzar absolutamente nada. Solo en el programa Agroideas (el nuevo director Josué Vilca Espinoza fue designado por Zea) tienen 1,700 planes de negocio pero no pueden sustentar cuáles son sostenibles en el tiempo realmente. La remoción de profesionales genera incertidumbre”, señala el economista y ex viceministro de Agricultura (2017), Juan Escobar.
Sustento de ello es que, a mayo de este 2022, del total del presupuesto asignado a inversiones, solo se ha ejecutado el 17.8% a nivel global. A detalle, a nivel del Midagri y sus unidades ejecutoras como Sierra Azul (proyecto de infraestructura de riego), se avanzó con solo un 16.2% al quinto mes del año (ver cuadro).
No menor es señalar que el cambio de ministro -el último domingo asumió Javier Arce- se da en medio de la próxima compra estatal de fertilizantes, para lo cual el Midagri recibirá un presupuesto de S/ 348 millones. Gestión.pe supo que Arce ha solicitado informes al programa AgroRural -que estará a cargo de la compra y distribución del insumo-, el cual recibió de al menos ocho países cotizaciones para la compra de urea y otros nitrogenados.
Otros “descabezamientos”
En un contexto de declaratoria de emergencia agraria y en la que los productores buscan opciones para tener acceso a financiamiento y fertilizantes alternativos, el Viceministerio de Desarrollo de Agricultura Familiar e Infraestructura Agraria y Riego tiene un peso importante ¿por qué? Está a cargo de la administración de programas que promueven la competitividad y a su vez, seguridad alimentaria, como Agroideas y Agrorural, así como del Programa Subsectorial de Irrigaciones (PSI), los cuales además, son los que más presupuesto para inversiones manejan.
En dicho viceministerio, tres de las cinco direcciones que tiene a su cargo -entre ellas, las de Desarrollo Agrícola y el de Infraestructura Hidráulica y Riego- también han sufrido cambios durante la gestión de Zea.
De acuerdo a Rómulo Antúnez, de la Plataforma Nacional del Agro (Plan Agro), que reúne a más de 30 gremios agrarios entre pequeños y medianos-, un ejemplo de ello es que el jefe de la Dirección de Infraestructura Hidráulica y Riego, Moisés Bravo, no está calificado para emitir informes concluyentes con los que se pueda agilizar los destrabes de proyectos como Chavimochic III. El proyecto solo está a la espera de una propuesta de adenda para reiniciarse.
Eduardo Zegarra, especialista en temas agrarios, también adelantó en abril que Zea cambió a 44 altos directivos y prácticamente ha “descabezado” todos los cargos importantes del Midagri.
Complicado panorama
La falta de timón y de una meta clara de quien dirija el Midagri dificultará cualquier iniciativa para hacer frente a la crisis alimentaria, han resumido los entrevistados para esta nota. Pero no solo la inseguridad alimentaria, sino también el desarrollo productivo de los 2.2 millones de unidades agropecuarias.
“La crisis alimentaria en el Perú se daría a consecuencia de una menor disponibilidad de alimentos provenientes del exterior o debido a la disminución de alimentos producidos en el país por la crisis de fertilizantes, lo que se debió hacer es asegurar la producción nacional para garantizar la alimentación de 33 millones de peruanos, sin embargo, poco se ha avanzando en ese aspecto a la fecha. La nueva gestión va a asumir una gran responsabilidad”, anotó Antúnez.
En esa línea, la presidenta de la Comisión Agraria del Congreso, Vivian Olivos, recordó que “desde el año pasado la comisión advirtió de la incapacidad del gobierno para afrontar la problemática de la agricultura que hoy nos pasa factura, siendo las personas de menos recursos las más afectadas”, señaló.