Paul Romer, premio Nobel de Economía 2018, ha propuesto un plan de batalla contra el coronavirus que, en vez de paquetes de estímulo megamillonarios, apunta a invertir fuertemente en la producción a gran escala de tests de detección del virus y equipamiento de protección.
En un artículo publicado en The New York Times, el profesor de la Universidad de Nueva York defiende un enfoque diferente al aislamiento total para contener al Covid-19: impulsar los testeos a escala masiva y suministrarle grandes cantidades de elementos de protección a la población.
“Si hacemos eso, no tendremos que enfrentar la terrible disyuntiva actual entre dejar morir personas o dejar morir la economía. Llevará algún tiempo, un mes o dos hasta conseguir los kits de prueba y el equipamiento de protección, pero justamente por eso es que hay que invertir de manera urgente en esas dos soluciones”, dijo en una entrevista a OGlobo.
Romer explica que existe consenso en que la economía puede sobrevivir un par de semanas de aislamiento y que eso ayudará a salvar muchas vidas. “O sea que mientras tanto hay que hacer eso. Pero dentro de un mes tendremos que contar con mejores opciones porque la economía no puede bajar la persiana durante un año o un año y medio”, anotó.
Consultado sobre cómo muchos gobiernos podrían resolver la carencia de kits de prueba o reactivos suficientes, el economista estadounidense dijo que “pasará un tiempo hasta que tengamos tests y equipamiento suficiente, pero si hoy mismo gastamos US$ 100,000 millones en eso, en pocos meses tendremos todo lo necesario. Los gobiernos dicen que no alcanzan los kits de prueba, pero eso es simplemente absurdo: si ahora no tienen, lo que tienen que pensar es cómo hacer para conseguirlos”.
“Hay que aumentar drásticamente la producción de tests y de equipamiento de protección. Y efectivamente eso implica la reconversión de la capacidad productiva existente en pos de ese objetivo. No será barato ni fácil, pero resultará mucho más barato que permitir el derrumbe de nuestras economías”, subrayó.
Paul Romer dijo hacer todo lo posible para ser escuchado pero las autoridades de todo el mundo están muy distraídas, “casi en pánico. Es muy difícil hacer que paren a pensar en un plan que empezaría a funcionar dentro de tres meses”, comentó.
Es conveniente pensar en tres horizontes temporales, explica: Hoy, los gobiernos están tan preocupados por las próximas dos semanas que no logran pensar en lo que harán dentro de tres meses. Pero por el lado económico, miran los próximos 18 meses y gastan billones de dólares en estimulo. Pero nadie piensa en lo que hay que invertir para que de aquí a tres meses no estemos en la misma situación que hoy, una vez frente a dos opciones terribles.
Aislamiento selectivo
El premio Nobel comentó que aún aplicando una cuarentena total, ya sea por dos semanas o dos meses, existe la posibilidad de que el virus vuelve a propagarse rápidamente cuando esta medida sea levantada.
“No hay evidencia alguna de que un aislamiento de semanas o meses siga funcionando cuando se lo empieza a flexibilizar. Los modelos predictivos sugieren que cuando se relaja el aislamiento, la epidemia vuelve a crecer. Lo que nosotros proponemos puede aplicarse a lo largo de 12, 18 o 24 meses, porque la realidad es que no podemos seguir en cuarentena durante un año. Tampoco podemos imponer un aislamiento total y después flexibilizarlo porque el virus vuelve”, advirtió.
“Sí podemos invertir durante dos o tres meses como decimos nosotros. Pero la gente no está pensando seriamente en ese horizonte temporal y están demasiado preocupadas en qué hacer en las próximas dos semanas”, agregó.
Por otro lado, dijo que en este momento es imposible coordinar un esfuerzo global de testeos masivos; pero su modelo de respuesta puede ser aplicado en cualquier lugar del mundo.
“Mi mensaje es este: para contener el virus, hay que testear frecuentemente a la gente y aislar de inmediato durante dos semanas a quienes den positivo. La ventaja es que el resto de las personas puede trabajar, seguir con su vida”, dijo el economista de 64 años.
En el caso de países con territorios y poblaciones enormes, como la India, Romer dijo que es más barato testearlos a todos que destruir la economía encerrándolos en sus casas.
“Imagine que la cuarentena en Brasil logra exterminar completamente el virus. Después, cuando ingresen a Brasil personas llegadas de países que no adoptaron esa estrategia, los brasileros empezarán a contagiarse otra vez. O sea que el mejor método es el aislamiento selectivo, en base a testeos regulares y frecuentes. Y para eso no hace falta violar la privacidad de nadie, ni perseguir a las personas. Basta con garantizar que quienes dieron positivo se queden confinados durante un tiempo”, puntualizó.