Por Laura Millan Lombrana
El nuevo coronavirus ha causado trastornos sociales sin precedentes y estragos en los mercados. Ahora que el mundo se desmorona, Helen Mountford, vicepresidente de clima y economía en World Resources Institute, cree que la inversión en tecnología limpia e infraestructura podría ayudar a reconstruirlo nuevamente.
“Tenemos una gran oportunidad ahora para hacer la transición más rápidamente”, dice Mountford, exfuncionaria de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y experta en cómo utilizar las medidas económicas para reducir los riesgos climáticos. “Este es un momento en el que podemos implementar medidas para ayudar a impulsar la economía, crear empleos y crear resiliencia climática”.
Los gobiernos de todo el mundo están implementando medidas extremas mientras luchan por contener el brote de virus y sus consecuencias devastadoras para la economía. Hasta ahora, esto ha incluido declarar estados de emergencia, cerrar fronteras y bloquear países enteros. Una vez que la pandemia disminuya, la recuperación requerirá grandes cantidades de estímulo.
Existe el riesgo de que países y empresas vuelvan a lo que saben que funciona, dice Mountford. Los proyectos de carbón o combustible listos para entrar en acción que se detuvieron en los últimos años por cuestiones ambientales podrían reactivarse fácilmente. ”Eso sería un gran riesgo”, dice ella. “Es salir de una crisis de salud y tratar de impulsar la economía llevándonos a otra crisis de salud en términos de contaminación del aire y cambio climático”.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya ha jurado “respaldar a las aerolíneas al 100%”, solo horas después de que un grupo comercial solicitara US$ 58,000 millones para compensar los negocios perdidos.
A diferencia de las secuelas de la crisis financiera del 2008, cuando las industrias pesadas de combustibles fósiles y contaminantes recibieron una parte importante del dinero del rescate, hoy las opciones de inversión ecológica son abundantes.
La energía renovable es más barata que el carbón en casi todo el mundo y es cada vez más competitiva con el gas. Los trenes de alta velocidad, los cargadores de vehículos eléctricos y la infraestructura de fibra óptica también deberían estar en la mente de los gobiernos.
“Estos son proyectos que crean empleos, atraen inversiones y conducirán a economías mucho más eficientes y menos contaminantes”, dice Mountford. “En el pasado, la inversión en infraestructura significaba construir carreteras. Ahora podemos hacer cosas como invertir en infraestructura natural para mitigar el cambio climático”.
Mountford, quien trabajó en la OCDE durante 16 años asesorando a los gobiernos sobre política ambiental, observará de cerca el Pacto Verde de la Unión Europea. El programa tiene como objetivo transformar la economía y las industrias de la región para alcanzar la neutralidad de carbono para el 2050.
“Creo que el Pacto Verde de la UE –y más ampliamente, adoptar un enfoque que reúna a la economía baja en carbono, una economía resistente y formas de proteger y apoyar el desarrollo social– es exactamente lo que necesitamos para salir de esta crisis”, dice.
“Espero que en Europa se vea como una oportunidad para aprovechar lo que la UE ha comenzado a presentar como un plan y lo use como base para impulsar el crecimiento económico y avanzar más rápidamente de lo que podría haber sucedido”.