Después de desplegar billones de dólares en apoyo a la economía de Estados Unidos durante la pandemia de coronavirus, las autoridades de la Reserva Federal han comenzado a advertir sobre las cicatrices posiblemente duraderas en la fuerza laboral y la productividad si la recuperación no se maneja bien.
Jefes de tres bancos regionales de la Fed dijeron que los agresivos esfuerzos ya realizados para mantener a flote a las firmas son sólo el comienzo de lo que se requerirá para que la economía vuelva a la normalidad, con reentrenamiento de trabajadores y renovadas redes de seguridad social y otras medidas una vez que se alivie la crisis de salud por el COVID-19.
“Necesitamos trabajar en la tasa de recuperación de la economía” tras la crisis, dijo el jefe de la Fed de Richmond, Thomas Barkin.
Apuntó que las firmas pueden estar operando de manera menos eficiente por las reglas de distanciamiento social, la inversión empresarial puede verse frenada por la menor confianza y los trabajadores pueden alejarse del mercado laboral al repensar cómo cuidar a los niños y a los padres ancianos en una era en que guarderías y hogares de ancianos presentan mayores riesgos.
“Volveremos a las operaciones algo normales con un ritmo gradual”, dijo Barkin a la Cámara de Comercio de Maryland en una videoconferencia. Pero “me preocupa el punto de aterrizaje: qué tan fuerte estará la economía al final de esto”.
Mientras, el presidente de la Fed de St. Louis, James Bullard, y el jefe del banco central de Dallas, Robert Kaplan, expresaron preocupaciones similares de que la salida de la crisis pueda ser lenta y compleja.
La tasa de desempleo no solo aumentará a niveles catastróficos de hasta el 20% en los próximos meses, por ejemplo, sino que probablemente seguirá siendo alta hasta el final del año o más, dijo Kaplan en una entrevista en Fox Business Network.
“Probablemente, terminemos el año con una tasa de desempleo del 8% al 10%”, dijo Kaplan, una cifra que significaría quizás 10 millones más de desempleados en los próximos meses en comparación con inicios de año. “Vamos a necesitar un estímulo para el resto del año y para el próximo, de modo que crezcamos más rápido y reduzcamos esta tasa de desempleo”.
Eso contrasta con las esperanzas iniciales de un repunte económico tan rápido e histórico como el declive de las últimas semanas.
Esta semana, la Fed reiteró su promesa de mantener bajas las tasas de interés y continuar ofreciendo billones de dólares en crédito a toda la economía mientras sea necesario para mantenerla estable durante la lucha contra una pandemia que ha matado a más de 62,000 personas en todo el país.
Pero eso puede ser solo el comienzo de una lucha que requerirá decisiones políticas cruciales sobre cómo y qué reabrir, qué protecciones de salud son necesarias para mantener el virus contenido y cómo compensar cualquier herida financiera o de otro tipo que surja.
Bullard, en una entrevista con el Wall Street Journal, dijo que le preocupaba la posibilidad de una depresión económica tanto si se prolonga demasiado el cierre como si hay un mal manejo de la reapertura.