La incertidumbre provocó una caída en las ventas internas y exportaciones de automóviles de México este año, lo que implica el freno de uno de los principales motores de la economía, advierten expertos que perciben, por otro lado, oportunidades para vehículos eléctricos e híbridos.
La venta nacional de automóviles cayó 7.6% en los primeros 11 meses del año, comparado con el mismo periodo del 2018, hasta llegar a casi 1 millón 187,284 unidades, 97,358 menos que en el mismo periodo de un año antes, indica el último reporte de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
En tanto, las exportaciones automotrices -que representan la primera fuente de divisas para México- cayeron 2.2 % en el acumulado de noviembre, lo que implica una venta al extranjero de 3 millones 174,156 vehículos ligeros, 69,797 menos que en el mismo periodo del año pasado.
“Es, sin lugar a dudas, uno de los años de mayores desafíos y complicaciones para el desempeño de la industria automotriz en México. Arrancó con exportaciones y con ensamble de automóviles en el territorio nacional al alza, está cerrando el año con números rojos en ambos componentes”, indicó el analista económico Pedro Tello.
El sector automotor aportó 3.6% del PBI nacional y 20.7% del PBI manufacturero en el 2018, lo que lo convierte a esta industria en la que más aporta a la manufactura nacional, según la AMIA.
La menor venta se ha traducido en menor producción, según la AMIA, pues se fabricaron 3 millones 542,769 vehículos en México de enero a noviembre, una reducción de 3.5% comparado con la misma etapa del 2018.
Con un crecimiento de la economía de entre -0.2% y 0.2%, según pronostica el Banco de México (Banxico) para el 2019, Tello explica que estos números obedecen a la cautela y a la incertidumbre de los hogares, que temen adquirir un crédito, y de las compañías, que dudan en renovar sus flotillas.
“Estamos frente a un año y un mercado en el que, tanto el consumidor en lo individual, como las empresas en lo particular, han decidido tomar cierta distancia a la espera de que se modifique su percepción del ambiente en el que se encuentran”, manifiesta.
Incertidumbre comercial
Además de reflejar la moderación del consumo privado en un contexto de estancamiento económico, la caída del sector automotor también responde a relación comercial de México con Estados Unidos, menciona Jesús Gustavo Garza, profesor de economía de la escuela de negocios Egade del Tecnológico de Monterrey.
“Las exportaciones automotrices son las más importantes del país, son el 33% del total. Empezaron a caer en setiembre y octubre porque la industria estadounidense está en contracción. Los índices manufactureros están en contracción, casi todos sus componentes, porque la demanda global de bienes americanos es menor”, señaló.
Como reflejo de esto, la AMIA reporta caídas en noviembre de 7.5% en exportación de vehículos ligeros, 13% en producción y 7% en la venta interna, con respecto al mismo mes del año anterior.
Por otro lado, Garza también percibe que el nuevo Tratado comercial de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que podría ratificarse el año próximo, podría ser desfavorable para el sector automotor mexicano en el corto plazo, pese a traer certidumbre.
Esto porque, detalla, el T-MEC exige que el 75% del material de los vehículos sea de contenido regional y que 40% del costo provenga de plantas donde haya un salario de US$ 16 la hora, lo que le resta a México el atractivo de tener bajos costos.
“Si le quitas esta ventaja, algunas empresas podrían decidir regresar a Estados Unidos o Canadá, o sea, sí es una pérdida marginal de competitividad. En el largo plazo y en términos generales es bueno. Es mucho mejor tener un tratado que no tenerlo, pero con este tratado el que pierde más sí es México”, indica.
Eléctricos aceleran
En contraste con el sector en general, la venta de vehículos híbridos y eléctricos creció 36.3% en los primeros nueve meses del año, comparado con el mismo periodo anterior, según la AMIA.
Esto representa una participación de 1.75% respecto a la venta total de vehículos ligeros, por lo que aún existe una oportunidad, considera Guido Wallraff, gerente especialista en movilidad de la consultora alemana TÜV Rheinland.
“Hasta ahora no tenemos una infraestructura, que puede estar desarrollada en los siguientes años para ser suficiente, si hablamos de electromovilidad. Pero aquí en México tenemos también un gran mercado de híbridos”, manifiesta.
Para que el Gobierno mexicano incentive el uso de los autos híbridos y eléctricos, Wallraff sugiere incentivos fiscales, descuentos, reducir costos para cargar las baterías e, incluso, aumentar los precios de los autos más contaminantes, como las camionetas.
El especialista percibe que las grandes empresas ya están preparadas para incursionar en la producción de estos vehículos en México, como muestran plantas de BMW en San Luis Potosí, Volkswagen en Puebla y Mitsubishi en Querétaro, estados del centro del país, que tendrían la capacidad de fabricarlos.
“El tema está en los proveedores de baterías, en electromovilidad. Este es un tema en donde México puede ser un poco más atractivo también para los proveedores para fundar empresas y fábricas de baterías aquí en México”, concluye.