La gestión de las reservas internacionales del Banco Central de Reserva (BCR) denota ajustes en el último año.
Así, aumentó a 27% la proporción de las reservas que el BCR mantiene en cuentas de depósito del exterior a mayo, porcentaje que era de 19% un año atrás, según datos del ente emisor.
En el mismo lapso, el porcentaje invertido en valores, como bonos y letras de Gobierno, se redujo de 78% a 70%.
“El BCR es precavido y está dando prioridad a instrumentos más seguros, y por eso incrementa sus depósitos en divisas extranjeras aunque tengan muy bajo rendimiento”, dijo a Gestión Enrique Díaz, presiden-te de la consultora MC&F e IFEL.
“No es lo que ganan sino lo que dejan de perder; si la volatilidad es elevada, también lo podría ser la pérdida”, explicó.
Monedas fuertes
Las Reservas Internacionales Netas (RIN) conforman la liquidez internacional de un país para enfrentar eventuales choques macroeconómicos adversos. Esos recursos son gestionados por el BCR a través de un portafolio de inversión integrado por depósitos en el exterior, bonos de Gobierno y oro.
Según Díaz, el BCR ha seguido el camino de recomponer su portafolio de inversión, e incluso desde inicios de este año empezó a calibrar la política de aumento de tasas de interés de la Reserva Federal (EE.UU.) para frenar la inflación en ese país.
“Es muy cuidadoso, pues deposita sus reservas en monedas fuertes como el dólar, euro, franco suizo o la libra esterlina, de acuerdo con su necesidad para movimientos internacionales de capital; y en bancos de primer nivel”, enfatizó.
“Es cauto también con los bonos que adquiere, cuyas calificaciones crediticias son las máximas posibles; es un segmento muy limitado de países que ofrece estos papeles, como EE.UU. y Canadá, del hemisferio norte de América, o Alemania, Suiza y Japón”, agregó.
Actitud preventiva
El 53% de las inversiones de las reservas tiene la más alta calificación (AAA), mientras que el 30% cuenta con AA+, AA o AA-. Además, predominan los instrumentos con plazos menores a un año (62%), de acuerdo con el BCR.
El especialista comentó que la variación en la composición de la cartera del Banco Central podría deber-se también al efecto precio, pues al incrementar la tasa de interés de los bonos, su precio cae, lo que reduce automáticamente su participación en el total invertido.
Sin embargo, recalcó que el ajuste respondería más a una actitud preventiva del BCR ante el complicado escenario interno y global.
El 3% restante del portafolio se mantuvo invertido en oro durante el periodo evaluado, pues la autoridad monetaria está optando por una actitud cuidadosa y el metal precioso se ha convertido en una opción especulativa, pese a ser activo refugio, mencionó Díaz.