El Índice de Precios al Consumidor de Lima (IPC) registró en setiembre una variación de 0.40% m/m, informó hoy el INEI.
Al respecto, el BBVA Research indicó que esta manera se continúa reflejando el impacto de las mayores cotizaciones internacionales de insumos alimentarios y del petróleo, como también el de la depreciación de la moneda local, en bienes y servicios como el pan, los aceites, las comidas fuera del hogar, las gasolinas, los pasajes aéreos, los equipos importados (automóviles, por ejemplo), y la tarifa eléctrica.
La inflación de setiembre también recogió el reajuste de la tarifa de agua y la estacionalidad en el abastecimiento de algunos alimentos.
“El ritmo al que avanzan los precios mensualmente, sin embargo, fue en setiembre menor que en los tres meses anteriores debido, sobre todo, a que disminuyó el precio del gas propano luego de que este se incluyera en el fondo de estabilización de precios de combustibles”, subrayó el BBVA Research.
Con este resultado, la inflación en términos interanuales volvió a aumentar, de 5% en agosto a 5.2% en setiembre.
“Es probable que la inflación en términos interanuales esté cerca de alcanzar un máximo. Las cotizaciones internacionales de algunos insumos alimentarios (maíz, soja) empiezan a revertir las alzas sostenidas que registraron hasta hace no mucho, lo que poco a poco irá trasladándose a los precios locales”, estimó el BBVA Research.
Además, refirió que en noviembre se tiene una alta base de comparación interanual. “Si el tipo de cambio cierra el año en un nivel no muy distinto al actual, prevemos que la inflación disminuirá en el último bimestre de 2021 y que finalizará el año algo por debajo de 5%”, proyectó.
“El principal riesgo en esta previsión es la cotización internacional de los combustibles (petróleo, diésel, gas), que ha retomado su tendencia al alza. Con estos niveles de inflación, que estimamos que seguirán fuera del rango meta del Banco Central en la primera mitad del próximo año incluso si las condiciones climatológicas en el verano son normales, las expectativas inflacionarias probablemente seguirán también elevadas”, refirió.
“El riesgo, entonces, es que los incrementos de precios se vayan generalizando, tornando aún más persistente el avance de la tasa de inflación”, indicó.
“En ese contexto, estimamos que el Banco Central continuará normalizando la posición monetaria en lo que resta del año, con un alza acumulada de su tasa de política de entre 25pb y 50pb en el cuarto trimestre, en lo que será importante el comportamiento de las expectativas inflacionarias y de la actividad. Este proceso continuará en 2022, cuando la Reserva Federal de Estados Unidos seguramente estará reduciendo el ritmo al que inyecta liquidez en la economía y estará muy próximo el inicio del ciclo alcista de su tasa de política”, sostuvo el BBVA Research.