El Banco Central informó que proyecta que el crecimiento del PBI de Chile se reduzca hasta 1% para el 2019 a consecuencia de los efectos de las protestas, que dejan al menos 23 fallecidos, y su impacto en la actividad comercial en el último trimestre del año.
Esta nueva expectativa queda lejos de la prevista en la proyección anterior presentada en setiembre, antes de que se vislumbrara alguna pista del estallido social, cuando el rango establecido fue de entre 2.25% y 2.75%.
Estos datos, publicados en el Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre, contemplan además una previsión de crecimiento del PBI de entre 0.5% y 1.5% para el próximo año y de entre 2.5% y 3.5% en el 2021.
"La crisis social ha generado cambios importantes en el escenario macroeconómico, afectando negativamente la actividad de corto plazo", señalaron en el IPoM.
En ese sentido, afirmaron que las disrupciones que están afectando la economía irán desapareciendo en el curso de los próximos trimestres a la vez que se irá reduciendo la incertidumbre que afecta las decisiones de consumo y de inversión.
El estallido social, que comenzó el pasado 18 de octubre como una revuelta estudiantil contra el alza en el precio del pasaje del metro de Santiago de Chile, se convirtió en una revolución ciudadana contra la desigualdad en todo Chile y que se extiende por siete semanas consecutivas.
Esta situación generó impactos sobre el escenario macroeconómico de Chile que con el paso de los días comenzaron a evidenciarse.
"Se ha producido un brusco deterioro en la actividad de casi todos los sectores y una mayor volatilidad en los precios financieros, especialmente el tipo de cambio, contenidos por las medidas aplicadas en las últimas tres semanas por el Banco Central", según el informe del ente bancario.
Asimismo señalaron que los "episodios de violencia" durante el transcurso del estallido social han provocado "disrupciones en el sistema productivo, incidiendo fuertemente en una menor actividad y debilitando el empleo".
Las medidas adoptadas en las últimas semanas por el Banco Central, como la mayor intervención cambiaria de la historia reciente para moderar la volatilidad mostrada por el peso en relación al dólar estadounidense, han sido claves para amainar el contexto negativo de la economía.
Caída de la inversión
El Banco Central consideró en su proyección publicada este jueves que se prevé una caída en la inversión de 4% anual para el 2020, lo que supone una importante corrección con respecto a la evolución esperada.
Estos datos responden a un descenso significativo de la inversión privada no minera, lo cual es coherente con la mayor incertidumbre y el agudo deterioro de la confianza empresarial, los mayores costos que enfrentan las empresas en diversos ámbitos y el deterioro de las condiciones financieras.
Perspectiva estable para la inflación
Las expectativas de mercado para la inflación arrojan estimaciones para un plazo de dos años en torno a 3%, lo que el ente bancario considera en el IPoM "coherente" con su diagnóstico.
"El escenario base supone un patrón de recuperación de la economía que se inicia incipientemente en diciembre, y luego prosigue con mejoría paulatina de la demanda. Una condición clave para que este escenario se cumpla es que la incertidumbre se reduzca significativamente", afirmaron.
Tasas de interés se mantienen
El propio Banco Central informó en la víspera que se acordó mantener la tasa de interés de política monetaria en 1.75%, pese al desplome en 3.4% interanual que sufrió la economía del país el pasado mes de octubre por los efectos de las protestas sociales.
La decisión fue adoptada por la unanimidad de todos los miembros del Consejo del emisor chileno, que mediante un comunicado informó de que no vislumbra en los próximos meses cambios en la tasa de interés, que había sido rebajada en 25 puntos hasta 1.75% actual el pasado 23 de octubre como medida para dinamizar la economía.