En un entorno de mayor riesgo y con incertidumbre en el camino, las entidades financieras están siendo muy prudentes con sus políticas crediticias.
Así, en las tarjetas de crédito, un producto financiero rentable pero sin garantías detrás, la mayor cautela de la banca se ha reflejado en la fuerte disminución del número de plásticos en manos del público.
A enero del 2021, las tarjetas de crédito emitidas por bancos, financieras y una caja rural totalizaron 7.8 millones, cifra que representa una disminución de 919,672 plásticos respecto de febrero del 2020, el mes previo al inicio de la pandemia, según datos de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
-Cortarle el crédito-
Tiene sentido que en una coyuntura complicada las entidades financieras tomen medidas para minimizar posibles impactos, sostuvo Mario Guerrero, subgerente de estudios económicos de Scotiabank. De esta forma, la precaución ha llevado a una reducción del número de deudores de tarjetas de crédito, reconoció.
“Durante la pandemia, a todo aquel cliente que no estaba pagando con normalidad se le apagó la luz, es decir, se le canceló la línea de crédito, la tarjeta de crédito”, refirió a Gestión una fuente bancaria que prefirió el anonimato.
Hubo casos de tarjetahabientes a los que se le reprogramó la deuda, pero que no pagaron su cuota. “Entonces, ya no puedes tomar riesgo con esa persona, tienes que cortarle el crédito y, eventualmente, tratar de cobrarle todo lo que se pueda”, añadió.
De hecho, el financiamiento con tarjetas sufrió una caída record de 44% a enero (ver nota vinculada).
-Morosidad-
Guerrero explicó que estas decisiones de la banca están correlacionadas con el incremento en el nivel de morosidad que reportan las tarjetas de crédito en la pandemia.
La mora de los créditos con tarjetas del sistema financiero se triplicó al pasar de 4.37% en enero del 2020 a 13.41% en el mismo mes del presente año, según estadísticas de la SBS. “Claramente, hay una tendencia al deterioro de la calidad de la cartera en tarjetas de crédito”, afirmó Guerrero.
Consideró también lógico que una de las primeras acciones que tomaron las personas que retiraron recursos de su CTS o AFP haya sido reducir la deuda de su tarjeta e incluso cancelarla.
Ello obedece a la incertidumbre de que puedan mantener sus empleos o el nivel de sus ingresos, pues existe el riesgo de que más adelante no tengan el dinero suficiente para pagar sus deudas, agregó.
-Líneas disminuyeron-
Entre octubre y diciembre del 2020, las entidades financieras tendieron a mantener las líneas de las tarjetas de crédito solo a los clientes que estaban pagando a tiempo, con calificación normal, detalló otra fuente bancaria consultada.
Añadió que a los clientes con algunos problemas de pago sí se les redujo las líneas de las tarjetas.
Un reporte de Asbanc muestra que a diciembre del 2020 las líneas de crédito otorgadas por los bancos disminuyeron en 11.9% anual.
Otra medida de las entidades financieras ha sido restringir la disposición de efectivo con tarjetas a través de los cajeros automáticos, operación que es de alto riesgo y costosa para los clientes, indicó un banquero.
-Foco de la oferta-
Ahora el foco de la oferta de tarjeta de créditos está puesto en los clientes que mejor pagan, añadió.
Una encuesta del BCR, realizada a inicios del febrero último a ejecutivos bancarios, mostró que las condiciones de oferta para las tarjetas de crédito caerán en terreno restrictivo en los siguientes meses.