En los últimos meses se ha reducido el diferencial de los precios denominados “limpio-oscuro” y “limpio-chispa”, pero sigue favoreciendo en gran medida el uso del carbón en las centrales eléctricas, y el reciente aumento de los precios del gas amenaza con ampliar de nuevo el diferencial.
El precio “limpio-oscuro” es el que se paga por el uso del carbón teniendo en cuenta tanto el costo del combustible como el de los permisos de emisión de carbono, mientras que el precio “limpio-chispa” cubre el costo de la utilización del gas y las emisiones subsiguientes.
El costo del gas ha vuelto a dispararse en los dos últimos días, ya que los flujos de gas ruso hacia Europa a través del gasoducto Nord Stream 1 se redujeron aún más y Moscú dijo que más retrasos en las reparaciones podrían llevarle a suspender todos los flujos.
Aunque el mercado mundial del carbón también se ha mantenido muy ajustado, lo que ha provocado un aumento de los precios, se espera que el carbón sea la fuente más barata el próximo año, lo que indica que su utilización seguirá siendo alta, dijo el analista de Rystad Energy, Fabian Ronnigen.
La Unión Europea (UE) va a prohibir las importaciones de carbón ruso a mediados de agosto, lo que supondrá una mayor presión sobre el suministro y obligará a los consumidores a buscar en otros lugares, tensando aún más el mercado.
La Comisión Europea (CE) ha calculado que las compras de carbón a Rusia ascienden a unos 8,000 millones de euros (US$ 8,380 millones) al año.
Los datos de Rystad Energy también muestran que la energía de carbón podría seguir siendo la fuente de combustible más competitiva hasta el 2025.
Sin embargo, se espera que la reciente propuesta fallida de cambiar el sistema de comercio de emisiones (ETS) de la UE beneficie el uso del gas, ya que un mercado de carbono más estricto daría lugar a precios más altos de las emisiones.
Como el carbón es más intensivo en carbono, el aumento de los costos de las emisiones hace que el gas sea más competitivo, ya que los operadores tendrían que tener menos permisos para utilizar la producción de gas que la de carbón.
El indicador del diferencial entre el gas y el carbón ha reducido su brecha con los precios de emisiones de carbono (EUA) de forma significativa últimamente, pero sigue estando más del 50% por encima de los permisos de carbono, según el analista del ICIS, Florian Rothenberg.
El indicador expresa lo altos que deberían ser los precios de los EUA para incentivar la generación de energía con gas en lugar de con carbón.
Esto significa que las centrales eléctricas de gas permanecerán apagadas en todas las horas en las que haya suficiente capacidad de carbón para sustituirlas, añadió.
Para los próximos meses de otoño e invierno boreales, las temperaturas también podrían alejar al gas del sector eléctrico y orientarlo hacia la demanda de calefacción residencial.
“Sólo en el caso de un invierno muy cálido, combinado con un renovado optimismo en los permisos de carbón, podríamos esperar que el diferencial se reduzca y que algunas centrales de gas eficientes sustituyan a las unidades de carbón más antiguas en el mix”, dijo Rothenberg.