La violencia social que se ha incrementado en los últimos días en contra de la actividad minera, y que alcanzó a las minas de Cuajone (paralizada 54 días hasta fines de abril) y Las Bambas (con bloqueos al inicio del año y paralizada desde el 20 de abril), ha tenido impacto en los resultados económicos del primer trimestre del sector, y se espera que siga teniéndolo en el segundo. Siendo este sector clave para la economía peruana, ¿Cómo afecta la persistencia de estas paralizaciones de la producción minera en los peruanos?
Luis Miguel Castilla, exministro de Economía y Finanzas, señaló, en principio, que los conflictos impactan directamente en un sector que es fuente importante de ingresos del Estado, recursos que podrían usarse para cerrar brechas de la población en general, y sobre todo de las zonas en donde se desarrollan las operaciones mineras.
A reglón seguido, mencionó que, pese a los precios elevados de los metales que dan factibilidad económica a los proyectos de inversión, hay un deterioro del atractivo de la competitividad minera, lo que compromete la ejecución de proyectos en el sector, pero también de otros sectores por su influencia en estos.
Castilla lamentó que una cartera de proyectos por US$ 60,000 millones estaría comprometida por la conflictividad y falta de control.
“Por cada millón de soles de producción minera, se genera una demanda de S/ 400,000 adicionales de actividad en sectores no mineros. Hay un efecto de encadenamiento muy grande que puede afectar al resto de la economía. Entonces, el que se aplacen inversiones mineras por la conflictividad social, y el mal manejo de esta, no solo es algo que compete al sector”, subrayó.
Resaltó que en el 2019, los proyectos en construcción minera sumaban US$ 2,300 millones, mientras que en 2022 la cifra sería US$ 1,400 millones, y para el 2023 de US$ 500 millones. Una clara contracción y deterioro de las perspectivas″, anotó.
En ese sentido, el exministro afirmó que el mal clima de inversión por el desgobierno, y agudizado por la persistencia en los conflictos, repercutirían en la calidad del empleo. Ello en el marco de una inflación que afecta, sobre todo, a los segmentos más vulnerables.
“En este momento no hay motores de crecimiento, por lo que se debe aprovechar las fortalezas que se tiene en minería con los precios altos. Al haber una menor inversión y menor crecimiento, habría menos empleo y un estancamiento en la reducción de la pobreza. El trabajo será más precario, con más informales sin acceso a redes de seguridad social, lo que puede agudizar el descontento popular, y llevar a un proceso crónico de inestabilidad”, dijo.
Al respecto, Katherine Salazar, analista del Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank, señaló que se proyecta que la inversión minera caiga en 3% este año y en 16% en el 2023, siendo la conflictividad una razón relevante en los estimados.
“Se espera que los proyectos en curso continúen, pero no se ve el ingreso de nuevos proyectos, en parte, por los conflictos sociales. Lo que pase en el sector minero es importante, este tiene gran influencia en la generación de empleo indirecto”, comentó.
Entre otros efectos de los conflictos mineros, Salazar señaló que, como referencia, alrededor de US$ 8 millones se dejan de exportar por la paralización de Las Bambas, lo que podría tener impacto en el tipo de cambio de persistir este escenario, aunque con el factor atenuante de los precios altos de los metales.
Pérdidas por conflicto en Las Bambas
El secretario general del sindicato de trabajadores de Las Bambas, Erick Ramos, señaló que, tras 50 días de paralización, el Estado ha dejado de percibir S/ 260 millones; es decir, S/ 5.2 millones por día.
En relación a ello, Edward Palacios, presidente de la Cámara de Comercio de Apurímac, dijo que la región ha dejado de recibir S/ 160 millones por la paralización (una pérdida diaria de poco más de S/ 3 millones).
Asimismo, son más de 3,000 trabajadores los que fueron despedidos por la empresa minera, y que hay aproximadamente 375,000 personas afectadas con la paralización de la actividad.
“Son 1,400 empresas que proveen servicios a la minera, entre apurimeñas y cusqueñas registradas, y en total capturan S/ 1 millón diarios, pero ahora no están haciendo absolutamente nada por la paralización y las personas están siendo despedidas”, mencionó.
Uno más a la lista
El campamento minero Los Chancas de Southern Copper, situado en el distrito de Tapairihua, provincia de Aymaraes (Apurímac), fue reducido a cenizas, luego de que unos desconocidos le prendieron fuego.
Según reportó Canal N, el incendio fue provocado la noche del martes 31 de mayo, y se perdió todos los enseres que habían en el lugar (equipos, laptops y cinco vehículos afectados por las llamas).