El alza de los precios de las materias primas que empezó en el 2021 y ha cobrado más fuerza a raíz de la guerra en Ucrania podría dar un impulso a las economías de América Latina, si bien la región afronta un incremento de la inflación, según la publicación “Economist Intelligent Unit” (EIU).
Esta unidad de análisis, parte del grupo “The Economist”, facilitó este miércoles una evaluación sobre las repercusiones de la crisis ucraniana en los mercados de productos básicos.
La dependencia de América Latina de las materias primas para impulsar el crecimiento la deja vulnerable a las crisis de precios y los ciclos de auge y caída económica, añade.
EIU considera que el conflicto entre Rusia y Ucrania, que estalló el pasado febrero, también ha producido algunas complicaciones políticas para los gobiernos latinoamericanos.
El aumento de la inflación, agrega, se ha sumado a las dificultades de los consumidores muy afectados por la pandemia.
Los consumidores también presionan para que haya un mayor apoyo del gobierno, pero en un momento en que muchas administraciones de la región hacen esfuerzos para reducir los déficits fiscales y controlar los índices de deuda pública, que se dispararon en medio de la pandemia de COVID-19, según el análisis.
El EIU estima que habrá una ganancia fiscal y externa para muchos países de América Latina, que se traducirá en una mayor inversión, un crecimiento del empleo y un mayor consumo, aunque la región afronta problemas de deuda pública, por lo que los gobiernos tienen menos margen de maniobra para lidiar con la última crisis económica.
Los países más vulnerables al impacto económico global de la crisis de Ucrania son, en opinión del EIU, El Salvador, República Dominicana, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
Estos, añade, están entrando en crisis con niveles relativamente altos de deuda pública, desequilibrios externos sustanciales y alta inflación, y ninguno es un importante exportador de materias primas.