A medida que la vacunación contra el covid-19 en el mundo avanza, también el turismo internacional se empieza a reactivar. En Perú, no es la excepción, pero el ritmo al que lo hace es progresivo y lento.
El vicepresidente de la Asociación de Agencias de Turismo del Cusco, Edy Cuéllar, señaló que a la Ciudadela Inca de Machu-Picchu -principal atractivo turístico del país- el aforo permitido actualmente es 2,244 visitantes al día, de los cuales solo el 20% de los que ingresan son turistas extranjeros, es decir 448.
En ese sentido, dijo, las empresas del sector turismo están a la espera de que el Ministerio de Cultura firme la resolución para elevar el aforo de visitas diarias a Machu Picchu a 3,244, lo cual se pondría en marcha a partir del 1 de octubre.
Según la Gerencia Regional de Comercio Exterior de Turismo y Artesanía de Cusco, en el 2019 ingresaron en julio 4,241 turistas extranjeros al día a Machu Picchu.
“Las personas que ingresan hoy solo pueden quedarse hasta tres horas; antes de la pandemia podían quedarse todo el día”, dijo Cuéllar.
Estadía
El representante gremial también comentó que la estadía de los turistas extranjeros y nacionales se ha reducido en Cusco debido a la falta de actividades de recreación y entretenimiento, lo cual mantiene paralizada la recuperación de los negocios vinculados al sector turismo.
Así, refirió que actualmente los turistas extranjeros se quedan cinco días en Cusco, mientras que antes de la pandemia se quedaban al menos siete días.
“Además de conocer Machu Picchu, uno de los motivos de los turistas para visitar Cusco antes estaba relacionado a la diversión. Hoy por las restricciones sanitarias, el visitante por la noche encuentra pocas opciones de entretenimiento y solo se limita a visitar los centros culturales y arqueológicos”, dijo.
En cuanto al gasto por su estadía, sin contar pasajes aéreos, el visitante extranjero destina en promedio US$ 500 en servicios de hospedaje, alimentación y otros, mientras que antes de la pandemia llegaba a gastar un promedio de US$ 700.
Medida confusa
Con respecto a las idas y venidas del Gobierno sobre las nuevas disposiciones para el ingreso de turistas al Perú (ver vinculada), Cuéllar dijo que ello lleva a desinformación y confusión de los visitantes extranjeros, lo cual impacta negativamente al turismo receptivo que está fuertemente golpeado en el país.
El presidente de la Asociación Peruana de Agencias de Viajes y Turismo (Apavit), Ricardo Acosta, señaló además que, debido a cambios recurrentes en el aforo en Machu Picchu, los turistas no pueden planificar sus viajes y las agencias internacionales no promocionan el destino. El permiso de operar al 50% en transporte turístico también afecta.
Turismo interno
Si bien se espera que en los próximos meses incremente la visita de turistas de otros países, el turismo nacional viene siendo hoy relevante.
Así, se vienen impulsando incluso medidas que incentiven más su visita como promociones y descuentos a los turistas nacionales que lleguen vacunados a la Ciudad Imperial.
Marchas y contramarchas en normativa
Luego que la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) dispusiera el ingreso de personas al país con una prueba molecular negativa y las dosis respectivas de la vacuna contra el covid-19 el último viernes, el Ministerio de Salud (Minsa) salió a aclarar estas condiciones.
En una reunión con los gremios de turismo, se discutió que las personas vacunadas con las dos dosis ingresaran con la prueba de antígeno negativa. En tanto, quienes no tengan vacunas, sí requerirían la prueba molecular. “Hemos operado con la prueba de antígeno desde mayo y no por eso se han creado terceras olas”, comentó Enrique Quiñones, presidente de la Asociación Peruana de Operadores en Turismo Receptivo e Interno (Apotur)
Refirió que la prueba molecular representa un obstáculo para los extranjeros, pues demanda la reserva de una cita de laboratorio y pagar hasta US$ 300. El antígeno es una prueba rápida y sencilla, y cuesta US$ 20, siendo inclusive gratuita en Estados Unidos.
Carlos Gutiérrez: Normas no pueden ser de un día para otro
Gerente general de AETAI
Creemos que lo que ha pasado con la norma es un error de tipo, pues hace unas semanas ya se habían reducido los requisitos. Estamos sacando normas que deben ser corregidas y cambiar el tipo “y” por la “o”. Además, esta norma se ha emitido sin anticipación alguna. Perjudicas a los pasajeros y a la industria, ya que tenemos que tener reuniones con las autoridades del aeropuerto para verificar cómo se harán cumplir. No puede ser de un día para otro.
Si esto no se corrige habrá un “hipo”, una caída del turismo internacional. Además, estas normas siguen saliendo sin consultar al sector. Deberían ser coordinadas con aerolíneas y aeropuertos. Somos los que terminamos organizando esto y se tiene que entender que hay todo un proceso de adecuación, incluyendo ver cómo se aplican las restricciones en vuelos de conexión e informar sobre estos cambios a los agentes a nivel mundial.