En la última semana Andrés Orbegoso, gerente de la agroexportadora FamFruits, no ha podido despachar ningún kilo de la palta Hass que se cultiva en la zona andina (Apurímac y Huancavelica) de Perú debido a las protestas. Luego de varios meses de registrar utilidades por los envíos de mandarinas, ha tenido que recurrir a ese dinero para pagar los créditos pendientes que tiene la empresa. “Hemos decidido suspender operaciones en nuestra planta de Huaral y otras empresas de la zona han decidido lo mismo”, dice a gestion.pe
El sector agrario, afectado por el alto costo de los fertilizantes y la sequía, ahora está detenido por el bloqueo de carreteras. Para Gabriel Amaro, director ejecutivo de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), el efecto inmediato es que Perú -gran proveedor de frutas al mundo- perderá participación en los principales mercados.
En esto meses, cabe señalar, los envíos agrícolas de Perú se concentran a Europa, Rusia y China, siendo los principales productos exportados la uva de mesa, la palta Hass, ajo, cebolla, banano orgánico y mango.
Pero a mediano plazo, la convulsión social -agrega Erick Anticona, profesor de Negocios Internacionales de la Universidad del Pacífico-, expone a las agroexportadoras peruanas a nuevas condiciones de negociación ante los importadores (principalmente supermercados). “Se eleva la condición de riesgo, por ende, la incertidumbre también, lo que genera que los montos de las cartas fianzas (en productos congelados) y las primas de los seguros, incrementen su valor. El sector se vuelve más sensible”, indica.
Para Edgard Vásquez, exministro de Comercio Exterior y Turismo, la consecuencia más grave de la paralización de las exportaciones agrícolas es la pérdida de los clientes internacionales. “Estoy seguro que los grandes compradores ya están buscando alternativas en otros países para capear la posibilidad de mayores demoras de las agroexportadoras de Perú. Cuando pierdes un cliente es más difícil recuperarlo”, anota. Y agrega: la otra consecuencia es, dependiendo de los contratos, la reducción de los precios FOB acordados.
La imagen de Perú como país proveedor a tiempo -de más de 150 países-, por otro lado, también se perjudica. “Cuando un país proveedor empieza a fallar, el mercado busca a otro, le damos la ventaja a competidores como México, Chile, Sudáfrica o Colombia”, remata Amaro. El gremio está evaluando un ajuste a sus proyecciones y ahora calcula un crecimiento menor al 10% proyectado para este 2022.
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¿Hay salidas?
En el mundo de la agroexportación, las empresas firman contratos de compra-venta, cuyas cláusulas dependen del tamaño de la empresa, el historial de la empresa, el volumen de la transacción y quién es el comprador, detalla Marco Vinelli, director de la Maestría en Administración de Agronegocios de Esan.
En esa línea, dice, el contrato incluye una serie de cláusulas relacionadas a los seguros por fenómenos naturales, siniestro de la naviera, problemas de refrigeración y la calidad del producto, pero en la mayoría de casos, no se especifican demoras de entrega por conflictos sociales. “En estos casos se recurre a la comunicación, avisar al importador la reprogramación de los despachos”, indica.
No obstante, también advierte que la cláusula que podría estar activándose se relaciona con la calidad del producto. “Serán más minuciosos y ese control de calidad lo paga, usualmente, el exportador”, indica. Para evitar mayores inconvenientes y otras penalidades, recomienda que el inspector de calidad que representa a la agroexportadora peruana, esté en todo momento presente al momento de la revisión.
Para aquellos exportadores que recién inician o apenas han incursionado en un nuevo mercado, Erick Anticona, recomendó que “la mejor forma de evitar perder los nuevos clientes es ceder y hacerse atractivo por el lado del precio; el margen de utilidad, por supuesto, será mucho menor. Hay que sopesar si es que esa reducción no afecta mis compromisos financieros”.
Para los entrevistados, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) debería evaluar medidas focalizadas a favor de las medianas y pequeñas empresas agroexportadoras. “Mejorar los beneficios impositivos, el incremento del drawback, sobre todo para el arranque del 2023 y, segundo, hacer un análisis de los costos logísticos del sector”.
Solo en Huaral, al norte de Lima, el 80% de las plantas de packing de palta Hass decidieron suspender sus operaciones por protección a sus trabajadores y ante la falta de fruta que no llega desde las zonas de producción. Cabe indicar que la producción del aguacate en la zona de sierra representa el 20% del volumen total de lo que se produce en Perú.