Cuando se habla de piratería en el Perú, se habla de un problema que afecta al desarrollo del país. Así, el plagio, el robo de ideas o la propiedad sobre un invento pueden mermar fuertemente la actividad económica.
¿Cómo impacta? La piratería genera regresión en la economía dado que reduce los ingresos por recaudación de impuestos por parte del gobierno. Las personas que piratean no pagan impuestos por elaboración, importación, distribución ni comercialización de sus productos.
De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la industria de la piratería representa un 2.5% del comercio mundial.
Por otro lado, la piratería y el contrabando destruyen 460 empleos formales cada día y generan 1,400 puestos informales en el sector textil peruano. Por ser informales, estos trabajados identificados por la Sociedad Nacional de Industrias, no ofrecen beneficios sociales ni derechos laborales.
Asimismo, según datos del 2017 de BSA – The Software Alliance, 63% de empresas en Perú todavía usan software pirata, existen más de un millón de usuarios de vídeos online piratas y el uso de software sin licencia se redujo un 7% en los últimos seis años.
Por otro lado, los rubros que más se ven afectados por la piratería son el cine, música, juguetes, editorial, tabaco, textil, software, zapatos, alimentos y bebidas alcohólicas.
De acuerdo al Índice Internacional de Propiedad Intelectual (IPI) 2017, el Perú ocupa el puesto 28 de 45 países en el ranking mundial de políticas de Propiedad Intelectual.
La Comisión de Lucha Contra los Delitos Aduaneros y la Piratería (Clcdap) incautó en 2017 un total de US$ 127,072,644 a través de 6,549 interdicciones.
Además, el Indecopi incautó mercadería pirata, proveniente principalmente de China, por un monto de más de S/ 25 millones en 2017.