En los últimos años, América Latina ha sido testigo de un crecimiento acelerado en el sector fintech.
En este contexto, la interoperabilidad financiera es fundamental para impulsar la colaboración entre los actores del ecosistema, promoviendo una mayor inclusión y ofreciendo beneficios significativos para distintos consumidores, señala Pomelo, la fintech desarrolladora de infraestructura tecnológica.
Entre algunos ejemplos de este factor se encuentra el pago con código QR, uno de los “productos estrella” que ya se utiliza en la región y llegó para acelerar rotundamente el camino hacia la inclusión.
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Esta forma de pago, permite a la población realizar compras o ventas a través de un único QR -sin importar el banco o fintech en donde tenga su cuenta registrada-, facilitando y mejorando la experiencia del usuario para que, en pocos pasos y mediante el escaneo con su celular, tenga la opción de elegir con qué billetera realizará sus compras.
Solo en Perú, se espera un crecimiento del 40% en las transacciones por estos medios, según la Cámara Peruana de Comercio Electrónico (Capece).
Sin embargo, actualmente las entidades -fintech y/o bancos – se encuentran en la búsqueda de potenciar aún más la interoperabilidad establecida agregando las tarjetas de crédito como forma de pago a través de QR sin el cobro de intereses.
Actualmente este tipo de pago, que usualmente utiliza tarjetas de débito o el dinero disponible en la cuenta digital, suele incluir intereses al querer operar con tarjetas de crédito, limitando las oportunidades para los consumidores.
A pesar de los avances logrados, América Latina aún enfrenta desafíos significativos. Uno de ellos es la falta de modernización de la infraestructura financiera en los diferentes países de la región, en donde la tecnología es de las décadas del 80′.
En muchos países, gran parte de la población aún no tiene acceso a servicios como cuentas bancarias, tarjetas de crédito o préstamos. Esto se debe a una variedad de factores, como la falta de infraestructura en zonas remotas, la falta de documentación requerida para abrir una cuenta bancaria, -por ejemplo, tener recibos de sueldo y trabajos formales-, y la falta de confianza en los sistemas bancarios.
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