En la vida, tener dinero no lo es todo. Lo dice un millonario, Michael Roach, quien, tras una sesión de meditación, cofundó Diamond Corporation, empresa de diamantes que tuvo operaciones por US$ 250 millones al año y que terminó vendiendo a Warren Buffet en el 2009. Hay otras metas más allá de la independencia financiera, asegura: tener buenas relaciones sociales, salud y paz interior. Al conseguirlas, surge una quinta: ayudar al prójimo. Roach pasó 25 años de su vida en un monasterio tibetano, en el Himalaya, donde, tras obtener el grado académico de Geshe (guía espiriual), aprendió cuatro pasos que permiten plantar una semilla en la mente para conseguir todo lo que uno quiera. Hace unos días estuvo en Lima, en el marco del 60° aniversario de ESAN, para compartir esta receta, que se basa en el antiguo principio de dar para recibir.
El primer paso consiste en decidir lo que uno quiere conseguir entre las cinco metas que Roach señala que todos perseguimos. “Empieza con una sola cosa: ser rico, estar sano, tener una pareja hermosa…”, sugiere. El segundo paso consiste en encontrar a otra persona que quiera lo mismo. “No podrás hacerlo solo”, sentencia el líder espiritual.
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En Noruega, cuenta Roach, un chico le dijo que quería tener una pareja. Le recomendó, entonces, usar los cuatro pasos. Ya había identificado lo que quería (tener novia). Ahora, como segundo paso, debía encontrar a alguien que quiera lo mismo: no estar solo. “El mejor lugar para encontrar a una persona sola es un asilo”, le dijo Roach al muchacho.
Luego, hay que pasar tiempo con esa persona y ayudarla a cumplir su sueño. Basta con una hora una vez a la semana. “Eso planta una semilla en tu cerebro. Es karma”, indica Roach. El noruego, por ejemplo, llevó al cine a una anciana, que estaba sola, todas las semanas. Sus amigos, otros jóvenes, también empezaron a llevar a otras señoras. Fueron tantos, afirma el ponente, que el Gobierno de Noruega se ofreció a pagar por las entradas dobles de gente joven del país nórdico que llevase a adultos mayores a ver una película. “No te preocupes por ti, sino por la otra persona”, sostiene Roach como la conclusión del tercer paso.
Para que la semilla germine rápidamente, se necesita un último paso: meditar antes de dormir, que es cuando el subconsciente se abre y funciona mejor. “Piensa en lo bueno que hiciste por otra persona, no pienses en tus problemas”, resalta el guía espiritual. Así, la mente hace crecer a la semilla para conseguir lo que sea que hayamos plantado, porque todo, argumenta Roach, se crea en la mente. “La semilla mental crea la realidad”.
“Así es como se cambia al mundo: ayudando a otras personas”, insiste Roach. ¿Hay pruebas? Él asegura que el chico de Noruega consiguió novia.
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