José Luis Silva-Martinot empezó su carrera en Laboratorios Hersil como practicante, y ahora es CEO de la compañía desde hace 23 años. “Buscaba aprender y conocer más el negocio, por eso es que al principio hice prácticas ad honorem. Pasé por gerencias de producción, finanzas, marketing y comercial. Fui creciendo a la par que la empresa. Esta tiene 55 años y yo 54”, cuenta.
¿Un millennial tendría la paciencia para hacer ese recorrido?
(Ríe). Los millennials son muy inestables y no aguantan estar mucho tiempo en una sola empresa. En los últimos años hubo una demanda enorme de ellos por sus capacidades y bastante rotación, pero después del coronavirus este escenario podría cambiar.
Usted también actuó como ellos cuando era más joven...
Sí. Tenía la capacidad para estar en una empresa tres meses. Mi objetivo era tener todos los conocimientos para poder manejar una empresa.
¿Qué lo que se necesitó para liderar una empresa más allá de los conocimientos?
Mi caso fue complicado. Estamos hablando de una empresa familiar en la que hay dos tipos de liderazgo. El formal te lo da el cargo y tu relación con los dueños. Pero el informal lo tienes que ganar demostrando tus capacidades. Así que me tuve que esforzar el doble para ganarme esa confianza.
¿Cuáles fueron esas capacidades que mostró?
Soy muy perseverante. El “no” está fuera de mi vocabulario, y cuando se presenta es posible convertirlo en un “sí”.
¿Solían responderle con un “no”?
Es algo de todos los días. Escuchar “eso no se puede hacer” o “no es a lo que nos dedicamos” es lo que ha marcado mi desarrollo profesional. Voy en contra del statu quo.
Suena más sencillo de hacer cuando se es jefe. ¿Cómo hacerlo desde un cargo medio?
Cuando era muy joven, algunos clientes querían cerrar el negocio con el gerente general. Les explicaba que debían hacerlo conmigo porque estaba a cargo. Como era algo recurrente, para parecer mayor me dejé la barba y pedía a un gerente que me acompañara para darle el toque de canas al tema. Era gracioso y frustrante.
Entonces se valió de esas estrategias para lograr su misión...
Sí, porque siendo joven promoví ciertas ideas para hacer crecer a la empresa. Pensamos primero en dar servicios a terceros y luego exportar. Se trata de proponer cosas nuevas y, como dice el darwinismo, no sobrevive en una especie el más fuerte, sino el que mejor se adapta.
¿Y usted ya está entrenando a un próximo sucesor?
Una empresa tiene un buen gerente si esta funciona sin que esté presente. Esta compañía puede trabajar sin uno, pero de todas maneras está preparada para cualquier eventualidad. Cualquiera de los gerentes puede tomar la posta. Ellos están preparados para asumir nuevos retos.
¿Cuáles son sus hobbies?
Me gusta mucho el cuidado del medio ambiente. Como mi casa colinda con un cerro, he querido reforestarlo de alguna manera. Me encanta ver lo que he sembrado en los últimos 13 años.
¿Cómo surge ese interés?
Siempre me preguntan si tengo familia agricultora, pero supongo que simplemente está en mis genes. Cuando me casé, cultivaba en macetas, luego en una jardinera y ahora el cerro.
¿Es un trabajo familiar?
En mi casa no se bota basura orgánica. Todos los residuos de verduras o cáscaras de huevo los entierro de vuelta en el cerro diariamente. Al principio, los vecinos pensaban que estaba loco, pero ahora toda la maleza de mis vecinos la dejan en la puerta del garaje de mi casa y yo la empleo para compostar.
EN CORTO
- Cargo público. Silva cuenta que la mejor decisión que tomó al ser ministro fue tener a una persona con mucha experiencia acompañándolo. Todos los días me repetía: “Acuérdate que lo único seguro para el futuro es que vas a ser exministro”. Para Silva, eso era un constante aterrizaje en medio de la realidad que le pintaba la gente a su alrededor. “Es tanta la adrenalina y el ritmo de actividades que a veces puedes creerte algo que no eres”, advierte.