Flavia Macedo es una diseñadora de interiores que decidió hace 7 años dedicarse al arte gráfico a través de su marca “Folkánica”. Así, pasó de pintar artesanía y lienzos a dar un look a cada packaging o lanzamiento de campaña que le solicitaran las marcas. L’Oreal, Alicorp o Adidas son algunas de las firmas con las que ha aliado.
¿La mayor parte de sus ingresos proviene de colaborar con marcas?
Casi siempre son ilustraciones para ellos. Pero ahora tengo mi tienda virtual también donde ofrezco colecciones. Cuando no estoy en lo primero, lanzo productos en lo segundo. Va funcionando bien.
¿Cuál fue su primera colaboración y cómo empezó a posicionarse en este mercado?
Creo que la primera colaboración grande fue con Garnier de L’Oreal. Hice el packaging de varios de sus productos. Así fue como empecé a trabajar con varias marcas de cosmética como Estée Lauder.
¿Es un dilema frecuente entre los artistas comercializar su trabajo?
Si estudiaste para dedicarte a pintar cuadros, las personas esperan que sigas esa línea. Pero yo no he llevado una carrera en la que nos enseñaran que debía pintar lienzos para sobrevivir.
¿Cómo fue su caso?
Alguna vez tuve esa preocupación por pintar todos los días lienzos para hacerme conocida y tener una exhibición en alguna galería. Pero creo que no puedes sentarte a esperar que te toquen el timbre para que te pidan un cuadro. Entonces me ingenio con ayuda del marketing, la publicidad para mostrar mi arte en diferentes facetas.
¿Cuáles son esas otras facetas?
Uno de los propósitos más grandes que tengo ahora es darle una segunda oportunidad a las piezas que tienes olvidadas en tu hogar. Me gusta el reciclaje, por ejemplo. Así es como me hice embajadora de Faber-Castell. Trabajo con plumones para varias superficies.
¿Quién es su público objetivo?
La gente que suele comprar está involucrada en el arte y la decoración. Lo mío siempre tuvo como complemento artículos utilitarios para incorporar en la decoración de la casa. Y del boca a boca pasé a las redes sociales. Pero siempre el concepto ha sido que lo que sea que diseñe, tenga un propósito.
Antes se pensaba mucho que el consumidor de arte tenía la capacidad de invertir mucho en una pieza. ¿Eso ha cambiado?
Sí, diría que es más bien una persona que quiere ser artista en otra faceta. Entonces, además de venderles, es bueno por ejemplo que yo les enseñe a hacer y así lo que yo hago lo vean alcanzable. De todas formas, los productos son de edición limitada pero con montos accesibles. Siempre he pensado que el arte es para todos y por eso los precios deben respetar eso.
¿Cuáles son sus próximas estrategias en mente?
Me quiero meter un poco más a la ilustración digital y a animación para que llegue a más lugares. Este año lo logrado ha superado mis expectativas y estoy contenta donde estoy. La idea es hacerme conocida para que más personas confíen en mi trabajo.
¿Qué comentarios recibe que refuerzan ciertos prejuicios sobre el arte?
Muchas veces las marcas te escriben para ofrecerte “ventana”. Quieren que antes de hacerte conocido aceptes trabajar gratis. No me afectaba antes tanto porque sentía que abría mercado, pero ahora veo todo ese trabajo y pienso que hacerlo gratis es una falta de respeto.
EN CORTO
- En paralelo. Folkánica es embajadora de Aldeas Infantiles SOS desde hace tres años. A través de diversas acciones, como la donación de piezas artísticas, ayuda a la recaudación de fondos para la organización. Además, la joven ha trabajado con marcas como HP, Beefeater, Desigual, Saga Falabella, Corona, Kuna, entre otras.