Javier Texidó cumplió treinta años trabajando en Nestlé con un nuevo reto: ser el CEO de la compañía en el Perú y Bolivia. “Estaba familiarizado con el país porque estuve cuatro años supervisando los negocios de Suramérica y las categorías de producto de todo el continente americano desde Suiza, pero esta es la primera vez que vivo aquí”, comenta.
Para el español, el mundo laboral actual exige profesionales cada vez más flexibles, curiosos y con hambre de enfrentarse a retos profesionales que los saquen de su zona de confort.
¿Cómo llegó a la organización?
En la década de los noventa había mucho desempleo en España y Nestlé lanzó un programa llamado Jóvenes Licenciados, que estaba dirigido a profesionales que recién salían de la universidad. Entré al área de marketing y, poco a poco, se fueron dando otras oportunidades.
Después de estar seis años en Nestlé España empezó a trabajar en otros países…
Sí, entre mis objetivos siempre había estado salir al extranjero para conocer otras culturas y poder probarme en contextos diferentes, así que cuando se dio la oportunidad la acepté. Mi primer trabajo fuera fue de gerente comercial en Puerto Rico, y cinco países después, estoy aquí como CEO del Perú y Bolivia.
¿Cuál ha sido su principal reto en estos procesos de adaptación?
Creo que vivir en Cuba por más de cuatro años fue una experiencia muy diferente. Supuso un gran desafío que me obligó a salir de mi zona de confort, no solo porque salí de mi especialidad, sino porque se trataba de un entorno totalmente diferente. Este tipo de experiencias son las más interesantes desde el punto de vista profesional y personal.
¿Cómo experimentó su familia estas mudanzas?
Cuando llegué a República Dominicana me dijeron que si había llegado soltero,, no saldría del país con el mismo estado civil, y tenían razón (ríe). Conocí a mi esposa allí, nuestro primer hijo tenía un año cuando nos mudamos a Francia y el segundo nació en París. Como yo estaba aprendiendo el idioma quería que en casa habláramos francés, así que el español es su segunda lengua.
¿Qué particularidad encontró en el consumidor peruano?
Me sorprendieron dos características fundamentales. Primero, que hay marcas locales muy fuertes. Así como en otros países competimos de tú a tú con marcas internacionales, cuando hay marcas locales es muy distinto porque la competencia tiene otra forma de trabajar. Lo otro es que tanto el Perú como Bolivia son países con muchas oportunidades de desarrollar nuestras categorías y con consumidores abiertos a recibir propuestas de valor diferentes.
¿Cuál es su principal motivación como líder?
Creo que es importante llevar a todo el equipo hacia la misma dirección, con objetivos comunes y una dinámica laboral que saque lo mejor de todos. También está el tema de las marcas que, por ejemplo, en el Perú no solo lideran el mercado, sino que están muy cerca del corazón de la gente.
¿Siente que eso aumenta su responsabilidad ante el consumidor?
No solo con él. Tenemos una filosofía de creación de valor compartido en la que cada parte que participa de nuestra cadena de producción, como los cacaocultores o agricultores, tienen acceso a este valor, que normalmente se divide entre accionistas y colaboradores directos. Se habla mucho de sostenibilidad, pero esta no solo es cuidar el medio ambiente, sino preocuparse porque todos los involucrados en la creación de valor tengan una vida digna.
¿Qué cualidades busca en sus colaboradores?
Busco que tengan interés por entender su entorno, sepan identificar talentos y ser flexibles porque estos tiempos lo requieren. Crecer laboralmente no siempre es una promoción vertical, muchas veces es más interesante moverse horizontalmente con el mismo nivel de responsabilidad, pero en un área diferente o en una zona geográfica distinta. Esta flexibilidad te permite ver todas las opciones y desarrollarte como un profesional más competente.
HOJA DE VIDA
Estudios: Tiene un MBA en Negocios Internacionales por la Esade y una licenciatura en Comercio por la HEC París.
Tiempo en el cargo: Dos meses