El consumo de bebidas alcohólicas en el Perú va recuperando progresivamente el ritmo prepandemia y algunos hábitos de consumo han vuelto a la normalidad. En el caso de los destilados y licores, específicamente, estos han resurgido, según Anita Almendáriz, gerente de marketing de la cadena peruana Almendáriz.
“Durante la pandemia la gente optó por tomar productos easy-to-drink, que ya venían listos. Los vinos fueron los ganadores y los destilados de mucha calidad que se toman puros, como las maltas”, sostiene la gerente. En ese sentido, Almendáriz dice que los licores y sus complementos se han convertido en los grandes protagonistas de las compras de los clientes de la cadena. “El consumo ha vuelto a recuperar lo que en pandemia perdió”, acota.
Si tuviéramos que enumerar los más demandados de esta cadena, Almendáriz pone al ron como el preferido de sus clientes. “Vuelve a despegar porque es una categoría muy amigable”. Esto guarda relación con lo que José Alberto Padilla, country managing director de Pernod Ricard comenta a Gestión en una entrevista sobre el liderazgo del ron en las ventas. “Ahora, el premium y súper premium son los que más crecen nuevamente”, señaló el ejecutivo en esa ocasión.
Luego del ron, la gerente de marketing de Almendáriz coloca al whisky, aunque precisa que este ha tenido una ligera disminución en su consumo. “Sobre todo por la escasez a nivel de producto en el mundo”, aclara. En tercer lugar de las preferencias está el pisco, que “ha ganado espacio y oportunidad”.
Asimismo, el gin es una categoría de destilados que crece. “Es muy versátil, tanto para el público masculino como femenino. Además, este año las marcas han traído novedades de sabores y lanzamientos. En pandemia su consumo se redujo, pero ha vuelto con novedades”, detalla. En efecto, Adriana Acevedo, commercial country manager de Diageo en Perú declaró a Gestión que tanto el gin como el vodka habían crecido exponencialmente en los últimos tiempos. “Todo lo que significa sabores es muy atractivo para el peruano”, anotó.
Eventos de cata y maridaje
De otro lado, con cada vez menos restricciones para estar en espacios públicos, las personas se aventuran a vivir lo que no dejó la pandemia. Tal es el caso de los eventos de cata y maridaje, como el Alta Gama Liquor Fest, que se realiza este fin de semana.
“Si bien la gente está volviendo a los bares y restaurantes, también aprecia mucho más las experiencias con expertos en vinos y coctelería”, asegura la sommelier Melina Bertocchi. “Todo lo que sea clases participativas y talleres ha ganado más adeptos después de la pandemia, cuando se hacían online”, añade.
Este consumidor, de acuerdo con la especialista, se ha vuelto más exigente en cuestión de calidad, variedad y precios. “Tiene más información de lo que hay en el mercado y de cuánto cuesta cada cosa. Durante la pandemia tuvieron contacto con importadoras pequeñas y son más conscientes de los niveles de precio y de cuánto están dispuestos a pagar”, explica.
En cuanto al perfil del consumidor, Bertocchi señala que se trata de hombres y mujeres entre 30 y 55 años y que pertenecen al NSE “A” y “B”. “Incluso C, si tomamos en cuenta que es un tema aspiracional en muchos casos”. En eventos de vinos, la asistencia de damas y caballeros es equilibrada, mientras que en experiencia que tienen como protagonistas a destilados, hay más varones que mujeres.
Durante el año se realizan alrededor de seis grandes eventos de cata y maridaje que reúne a las marcas con mayor prestigio de esta industria. El gasto promedio que una persona suele hacer en estas ocasiones es de al menos US$100, de acuerdo con Bertocchi.