Los teléfonos móviles son cada vez más sofisticados. Año tras año -aunque la distancia de lanzamiento de nuevo equipos son más cortos- las empresas tecnológicas lanzan nuevos smartphone, uno mejor que otro. Esto obliga al usuario a actualizarse con más frecuencia.
Si vas a adquirir un nuevo teléfono es importante que sepas las características y funciones que este tendrá, sobre todo, porque de ello dependerá el rendimiento del mismo. Unas de las opciones que hoy son de vital importancia son el procesador y la cantidad de núcleos que tenga.
Hace cinco años, más o menos, las compañías presentaban al mundo los procesadores dual-core o de doble núcleo en sus teléfonos inteligentes. En la actualidad muchos dispositivos cuentan con 4, 6 y hasta 8 núcleos.
Sin embargo, muchos desconocen que estos son una parte importante de los móviles. Para poner un ejemplo: Si el procesador es el cerebro de un smartphone, los núcleos son sus neuronas. Es decir, mientras el primero se encarga de ejecutar órdenes, las segundas son las encargadas de decodificar la mayor cantidad de datos en el menor tiempo posible.
Pero, ¿qué significa realmente que un celular tenga una cierta cantidad de núcleos?
Para empezar, es necesario saber que el procesador es un componente vital en un teléfono inteligente. Es el que se encarga de ejecutar todas las tareas que el usuario ordena desde la pantalla táctil; hace funcionar las aplicaciones, mostrar los videos y conectar el equipo a internet. Dentro de los procesadores encontramos a los núcleos o cores, que son los encargados de leer y ejecutar las tareas que el software le solicite.
¿Qué son los núcleos y para qué sirven?
Los núcleos, como ya lo mencionamos, se dedican a leer instrucciones y a ejecutar acciones específicas. Mientras más núcleos tenga un teléfono celular, más rápido leerá y concretará procesos. Cabe señalar que cada uno de estos funciona de manera independiente para responder a las instrucciones dictadas por el software.
Tener más de un núcleo ayuda a repartir la carga de trabajo del equipo. Tareas básicas como llamadas, envío de mensajes utilizan un solo núcleo; en tanto, juegos o aplicaciones llegan a necesitar hasta 8 núcleos.
Pongamos un ejemplo:
→ Si un usuario tiene un Smartphone con cuatro núcleos y decide jugar en su equipo. Al abrir la aplicación, uno de los núcleos se ocupará de reproducirla y los tres restantes quedarán a la espera.
→ Si mientras juega entra una llamada, otro de los núcleos se encargará de procesar los datos que necesitas para contestar sin ningún problema.
Así, por lo general, mientras más núcleos tengan los equipos celulares, mejor será el rendimiento, pues se podrán repartir con mayor velocidad los requerimientos.
Entonces, ¿más núcleos = más potencia?
Según Adslzone, decir que el número de núcleos de un procesador es un valor directamente proporcional a la velocidad de procesamiento es falso, pues existen otros factores que son los que determinan el mejor rendimiento de un móvil.
Aunque un procesador incorpore varios núcleos, esta capacidad de procesamiento no se puede aprovechar si el software no está optimizado para hacer cargar procesos en varios cores de forma simultánea.
Asimismo, no todos los procesadores de 6 y 8 núcleos están diseñados para sacar su máxima potencia. La configuración de muchos terminales está planteada para combinar la utilización de núcleos de mayor potencia cuando las exigencias son elevadas y cores eficientes en procesos menos exigentes.
En conclusión, si nos preguntamos si son mejores los procesadores con más núcleos la respuesta es no. Sobre todo, porque la mayoría de aplicaciones y programas hacen uso de un solo núcleo, dejando en espera -la mayoría de ocasiones- al resto de cores. Esta es una tarea pendiente de las compañías tecnológicas.