En este artículo, te contamos cómo las personas que intentaron hackear tragaperras se las fueron ingeniando en cada era y analizaremos, también, cómo es que los casinos fueron respondiendo a estas estafas.
El auge de las trampas mecánicas: la edad de oro del engaño
Las primeras slots eran muy diferentes a como las conocemos hoy en día. Sus mecanismos eran bastante simples, por lo que engañarlas parecía sencillo que muchos trúhanes intentaron hacer. Pero, ¿cuáles eran las maneras en que se podía hacer que estas liberaran miles de monedas, sin poner un solo centavo en juego?
- Entre los métodos más comunes se encontraban las monedas falsas y las limaduras de metal. Tal como lo lees. Muchos se tomaron las molestias de moldear el metal para que tuviera la forma, peso y contextura de una moneda. Claro está, que el material que usaban era bastante más barato, por lo que, en caso de recibir una vuelta ganadora, siempre se tenía las de ganar.
- Otro método que se hizo muy popular involucraba el uso de hilos o cables. Los estafadores hacían un hueco en las monedas y pasaban un hilo por este, lo que les permitía insertar la misma y luego tirarla de vuelta para afuera. En otras palabras, se activaba la máquina, se sacaba la moneda y se podía volver a jugar con la misma.
“Las monedas de luz” y la “lengua de mono” en la era electrónica
Fueron tantas las estafas de esta índole, que se comenzaron a fabricar otro tipo de máquinas tragamonedas: las electrónicas, haciendo así que, en las décadas de 1960 y 1970, las trampas mecánicas empezaran a perder eficacia.
Sin embargo, esto no detuvo a los tramposos, que rápidamente adaptaron sus técnicas de chantaje a las nuevas tecnologías.
Con la introducción de sensores ópticos para detectar monedas, surgió una nueva trampa: las monedas de luz. En este caso se hacía uso de dispositivos que emitían destellos de luz, engañando así a los sensores ópticos para que registraran que muchas monedas habían sido insertadas, cuando en realidad solo había sido una.
De la misma manera, se hizo muy famosa la técnica más conocida como la “lengua de mono”. Su nombre es gracioso, pero hace referencia al dispositivo que se utilizaba. El mismo consistía en una delgada tira de metal flexible, la cual se insertaba en la ranura de la moneda, logrando así activar los mecanismos internos de las tragaperras para obtener un pago sin haber realizado una jugada válida.
Hackeos y software malicioso en un mundo digitalizado
Si seguimos avanzando en el tiempo, llegamos a la era digital en la que las tragamonedas son sofisticadas computadoras que dependen de software avanzado para operar. Con esta evolución, los métodos de trampa se desplazaron hacia el hacking y el uso de software malicioso. Pero, ¿a qué hace referencia esto específicamente? Aquí te contamos tres casos.
Los estafadores desarrollan programas que pueden modificar los resultados de la máquina. Requiere acceso físico al hardware de la slot para instalar el software, y una vez realizado, es posible manipular los resultados.
Incluso se han registrado algunos casos en los que se usan dispositivos electrónicos portátiles que pueden conectarse a la máquina a través de puertos de servicio o de mantenimiento. Estos envían comandos al sistema de la misma para alterar el resultado de las jugadas, lo que se traduce en victorias ilícitas.
Otro método moderno y, debemos admitir, muy creativo implica el uso de potentes imanes o generadores de campos electromagnéticos. Aunque las tragamonedas actuales están mejor protegidas contra estos métodos, en el pasado, los imanes podían interferir con los mecanismos internos, forzando pagos o incluso bloqueando algunos sensores de la máquina.
Pero los operadores no se quedaron de brazos cruzados... Aquí su respuesta
Como verán, hay numerosas formas en las que los tramposos han intentado timar a los casinos, más específicamente en el caso de las tragaperras. Pero hay que saber que, para todo problema, siempre hubo una solución. No todo es tan fácil como parece e incluso, más de una persona ha tenido consecuencias graves (que van desde multas hasta la cárcel) por intentar hacer estas prácticas peligrosas e ilegales.
Si pensamos en la modernidad, se puede decir que las máquinas tragamonedas son revisadas periódicamente y sometidas a todo tipo de auditorías por parte de los organismos reguladores para asegurar que:
- El software y el hardware estén funcionando correctamente.
- Que la máquina no haya sido manipulada, asegurando así que todos los resultados son azarosos, justos y 100% transparentes.
Cabe mencionar también que las máquinas tragamonedas modernas están cada vez más equipadas y cuentan con múltiples capas de seguridad, desde sistemas de detección de fraude basados en inteligencia artificial hasta auditorías y controles complejos. Gracias a sistemas de monitoreo y alarmas en tiempo real, los operadores pueden detectar comportamientos sospechosos y alertar al personal de seguridad sobre posibles intentos de trampa.
Así que es mejor no intentarlo. Es muy probable que haya problemas si se intenta hacer trampa en estas máquinas.